Creo que no es extraño pensar que el propósito (y una de las características ideales) más importantes de una sociedad como la nuestra, que dice nutrirse de las civilizaciones más brillantes de la historia (del mundo occidental claro), libre y democrática; es el llegar a tener ciudadanos que sean capaces de obtener y ejercer la independencia. Y no me refiero aquí al lugar común de "la independencia no ha sido conquistada", "nada que celebrar en el bicentenario de América Latina", y demás frases que ya se han dicho y repetido hasta el cansancio y que no con repetirse más no van a traer resultados positivos... :P Por desgracia...
Me refiero más bien al hecho de que a pesar de considerar al pensamiento independiente (i.e. razonado, analítico, crítico, etc) como un rasgo más que deseable, esta característica es más un ideal que parece inalcanzable... Si no por otra cosa porque la mayoría de las personas se niegan a ser responsables de sus actos y siguen culpando a cualquiera (persona, institución, género, subconsciente, gobierno, etc.) de todo lo que sucede. Incluso si algunos nos concedan a los escépticos radicales que siempre existe una "elección" (también la "no elección" es una elección al fin y al cabo), cuando llegan los problemas es alguien más quien debería resolverlos...
Pero como ya no soporto más el estar pensando y pensando (como ya casi el "analizar" es más "rumiar con amargura" que "razonar") sólo pienso que, si dejáramos de permitir que alguien nos dijera qué hacer o qué pensar, y es más, si evitáramos que influencias externas definieran nuestra personalidad seguro la publicidad tendría que ser considerada como "Arte" y no me refiero a "Arte Pop"; sino arte en serio, no crítica tongue-in-cheek (tan de moda siempre), sino realmente un ejercicio creativo que no "serviría" para algo exactamente (y que serviría para muchas cosas inexactas). Pues sí, la publicidad es un ejercicio creativo con toda una ideología presente que cambia, absorbe y nutre la influencia de su tiempo (el "zeigeist" de una época)... La idea no es tan maravillosa como suena, se le acepta con cierta renuencia (y eso que a mí me encanta la publicidad…). Supongo que es verdad… hasta lo más ideal tiene sus contras…