Sunday 26 September 2010

“Natural…”

Hace algunos meses (o, para ser más exactos, hace más o menos un año) estaba pensando (y escribiendo) acerca de lo difícil que era para un humanista poco convencional (para quien la pretensión de “haber leído libros” y poder mencionar nombres aquí y conceptos allá no es suficiente) puede llegar a ser tanto darle valor a sus conocimientos como entender cómo funciona el mundo (o una parte de él). Por momentos llego a pensar que lo más sabio (razonable pero absurdamente peligroso) sería abandonar las humanidades en cuanto me gradúe, (esta vez en serio y definitivamente). Pero después comienzo a pensar que éste fue el problema en primer lugar: tratar de abandonar algo en lo que (para mi mala suerte) no me “va tan mal”. [Aunque tal vez me sobreestimo y en realidad no me va tan bien como para lamentar que “dejo de hacer lo que debería estar haciendo”…]

Temía un poco el casarme con esas ideologías de “la golden age”, “la erudición” y “los doctores”, el ser “brillante” según los académicos y escribir algo que parece ser “brillante” y que en realidad no sirve sino para ocupar un lugar en las montañas de polvo de los anaqueles de una biblioteca (en el mejor de los casos, porque probablemente sólo será en las montañas de algún centro de reciclaje). Pero imagino que nunca me cegaré tanto como para creer algo así. Cada día que pasa mi escepticismo y mi amargura crecen, como también aumentan mis deseos de buscar algo en lo que pueda ocuparme, entender, aprender, siempre pensar con mayor agilidad. Mi defecto es ser presa de la impaciencia y de la reducida visión. Ah y claro, también ser mala para las ciencias. El problema es que estas deficiencias no señalan mis talentos, sino las carencias de mis procesos cognitivos. No debería pensar que la solución es concentrarme en cultivar lo que sé (y las formas en las que pienso), pasando por alto mis deficiencias…La indulgencia no es positiva.

Temo mucho más el descubrirme con un título de licenciatura (y una pesadilla mayor sería un título mayor) en literatura o en cualquier otra cosa fancy, y al mismo tiempo ser incapaz de abstraer o analizar, mirar críticamente “la ficción” o hacer cualquier otra cosa que sirva para algo. No quisiera que, entablando una conversación acerca de cualquier tema, abra la boca sólo demostrar que tengo un montón de citas y argumentos gastados expresados en frases bien balanceadas.

Desde que (hace poco) comprendí que la hiperespecialización no sólo no es adecuada sino que es contraproducente, he entendido también que no deseo aprender el sistema de la literatura a menos que me permita desarrollar mis habilidades de análisis o abstracción. Muy decepcionante es entonces ver que las acusaciones y estereotipos parecen tener razón. No sé hasta qué punto es adecuado o aceptable el explicarse a sí mismo y tratar de buscar justificaciones en lugar de buscar soluciones o cadenas de hechos…

Lo más desesperante es no poder encontrar el equilibrio o la forma de volver más flexible a mi mente… ¿Hacia dónde debería ir? Escoger caminos interesantes que no se sabe bien hacia dónde van… Seguro, pero sólo disfrutando el viaje…

Tour de Cine Francés (II)

image

Pasión Y Remordimiento (Les Regrets). Creo que si de algo pecó esta película fue de tener una premisa excesivamente simple, sin embargo, las apasionadas actuaciones, el mayor acierto del film, balancearon (y convirtieron a este defecto) en un acierto. Podría comenzar a "leer entre líneas" tratando de descubrir qué ideas abstractas estaban detrás de la narración y cómo fueron sugeridas por ciertos detalles en el guión. Pero... Supongo que lo mejor será decir que "los remordimientos" podrían llamarse: "cuando la nostalgia se topó con la realidad el resultado fue que la nostalgia no era tal sino un engaño..."

image 

El Refugio: Diríamos "demasiado primer mundo" (sea lo que sea que significa "1er mundo"), con una perspectiva crítica de la opinión general ("los lazos de sangre no son necesariamente infalibles" y "no cada problema de tu vida tiene porqué llevarte a una crisis existencial"). Aunque parecería que fue una película un poco "lenta" e incluso "desenfocada", tal vez eso fue lo que añadió honestidad. Y esto fue lo mejor y lo más memorable, la honestidad de los personajes consigo mismos y del guionista hacia la audiencia. Tan pocos trabajos de ficción logran esto (sin la consabida y ahora común y hasta aceptada dosis de presunción) que este sólo detalle se gana la indulgencia necesaria para pasar por alto los errores. El día que vea una película mexicana con un tema parecido, una perspectiva así de realista, sin "moralizaciones" gratuitas y con un final así de "natural" y a la vez audaz, sabré que el cine mexicano no le pide nada a nadie... ((Pero creo que no será pronto... Triste, en fin…))

Friday 17 September 2010

Tour de Cine Francés (I)

Semana de Tour de Cine Francés y por desgracia no había tenido tiempo de detenerme a analizar las "experiencias emocionales e intelectuales" que (hasta ahora) 4 maravillosas películas me han brindado... Jaja, me confieso fan del cine francés, no sólo por su habilidad de encontrar y explorar las cuestiones más importantes de la condición humana en las situaciones más cotidianas de la vida sino también por su falta de afectación. Y por supuesto, además de todas esas pseudoprofundidades, son filmes entretenidos, no en el sentido “palomero” sino en ese sentido casi profundo que sugiere más de lo que se identifica a primera vista y que por momentos parece proporcionar argumentos para llamar al cine “el 7mo arte”.

image

"El encanto del Erizo" (Le Herisson). La película de la que tenía más altas expectativas. Con alegría puedo decir que no sólo no me decepcionó sino que superó lo que esperaba de ella. (Algunos dirían que tengo poca imaginación, pero nah..., simplemente es excelente). Una historia sencilla acerca de personas "inadaptadas", que parecen no encajar en un mundo que, a decir verdad, no encaja con el sentido común, así que en realidad, los personajes son sólo "inadaptados" por contexto. No es sólo un ejemplo exquisito de cómo tratar de forma original el plot idealista (y por demás trillado) de que el amor verdadero puede estar a la vuelta de la esquina, sino también una reflexión sería acerca de la vida y la muerte. ¿Qué es lo que realmente le da valor a la vida: lo que eres, lo que crees, lo que planeas o simplemente lo que amas? Si lo que amas son tus preguntas no puedes estar tan perdido, pero si lo que amas son tus miedos tal vez deberías considerar respirar unos instantes para intentar cambiar, no dejar que las limitaciones de los demás destruyan tu tranquilidad, tus talentos y tu buena fe. No importa que la felicidad nunca dure lo suficiente, es por esa misma razón que se debe estar listo para recibirla...

image

“Partir”… Un “dramón” de aquellos,  con excelentes actuaciones y un guión que más experto no podría ser. Los personajes y las situaciones son tan tridimensionales (en el sentido narrativo, no a la imax) que la ambigüedad te tiene al filo de la butaca durante la hora y media que dura la película. Todos tienen parte de razón y todos al mismo tiempo se equivocan, te quedas observando sus decisiones (equivocadas, a veces irracionales, pero también honestas) y terminas suspirando y diciendo “zas… los seres humanos lo complicamos todo. Lo que me encantó realmente de este film fue que utilizaron el ideal de “true love” no sólo para hacer que el plot marchara y para obligarte a sentir empatía con los personajes, sino también para subrayar los peligros de la impaciencia y colocar al espectador en un dilema…

image

“El Rapto”. Una de esas tragedias en donde los personajes son ricos e importantes sólo con fines narrativos (mostrar personas cuyas vidas parecen tener demasiadas consecuencias más allá del ámbito doméstico). El guión trata el tema del secuestro de una forma honesta con los espectadores, sin imponer ningún juicio moral, ése se lo dejan a la audiencia… (Los cineastas mexicanos no harían mal en aprender un poco de este estilo.) No es un melodrama y es lo que más se agradece. Aún así, puedes acompañar al protagonista en su doloroso viaje en donde todo el mundo lo deja solo y su vida sólo parece importarle a él mismo. El final es lo que llamaríamos “un final abierto” y no para corregir los errores de una mala historia y hacerle creer a la audiencia que los productores tienen en alta estima su inteligencia, sino sólo porque la vida siempre sigue… (De momento ya ni sabes si es bueno que sea así o no…)

image

“Sin rastro alguno” (Sans laisser de traces). Una de esas películas comunes al cine francés: a “una persona normal” le empiezan a ocurrir muchas “tragedias” y termina mostrando quién es realmente. Al final, después del “punto de muerte ritual” (o sea, después de que su vida casi se desmorona) todo parece salirle bien. Me recordó un poco a un film que vi en el Tour del año pasado, “Por ella”: una investigación policial, emoción, suspenso y un final cómico. ¿Se puede juzgar a alguien sin antes pensar qué harías en su lugar? Y, si es verdad que nadie sabe de que tanto es capaz, ¿qué respuesta nos damos…?

 

Espero poder ver las otras tres películas que aún no he visto y sobretodo la de “El Refugio”, de la que tengo también altísimas expectativas… El tema ameritará un post, seguro… :P

Wednesday 1 September 2010

Los Soliloquios Grises

{Febrero 2004, en una clase –de biología por supuesto–, esto va perfecto con la amargura de la duda del post anterior y que algo así sea lo último que se me ocurra decir….}

 

En medio de la ilusión
de la mañana anterior a ésta,
llegó desde el principio,
el final del mejor acto,
y su voz murmuró:

"El sol llueve sobre mi morada,
los árboles delineados en el piso,
reciben a los animales y a esas almas
que crecen regadas por la luz,
aquella luz antigua, aquella luz veraz
que contagia con sonrisas de pena
a quien queda aletargado por el peso
de la continua rutina, de la vida."

Si todo posee su propio y justo valor, me digo,
¿por qué el calor mata esta época al frío?

"Tanto más hermoso,
tanto más por indemne.
No quiero más diversidad."

¿Hasta cuándo el fuego de los días
convertirán a las noches inquietas
en el tranquilo descanso del duelo?

"Suéñame, sección de inicio:
el sabor de la estación
como el núcleo de fuego,
responde a la fuerza
desprendida. Que tu cabello
sea puro y sencillo
sin ser nunca simple."

Ah, suéñame, sección de inicio,
y llévame hasta el fin.

Sed

No sé si la imagen sea la adecuada o sólo una muestra de mi neurosis (porque la desventaja de la neurosis es que puedes tener una imaginación muy activa pero ser incapaz de darte cuenta de si sus resultados son adecuados o no), pero el estudio de la literatura a veces me parece como hacer jugo de naranja, sólo que con libros en lugar de frutas.

Cuando haces jugo ya sabes lo que quieres, porque lo has visto y bebido otras veces, tienes una idea más o menos clara de adónde quieres llegar. Tomas la naranja, la exprimes, tomas el jugo y tiras el resto. Lo curioso es que la cantidad de jugo es mínima en comparación con la “basura” que produces... Más interesante aún es ver que puedes darle muchos usos a eso que creías que no te servía sólo porque no lo querías... En pocas palabras, hacer jugo de naranja podría resultar una graciosa metáfora para ejemplificar las desventajas de la "atención selectiva" que tan importante es en el pensamiento "racional".

Cuando estudias literatura pareciera que tomas una obra literaria, le sacas lo que quieres sacarle (lo que "debes/tienes/deberías encontrar", lo que te "enseñaron que se encuentra", etc.) y tiras el resto ("el resto" viene siendo todo lo que no anotaste en tu comentario crítico que seguro tiene mucho más qué decir que tu texto). Después, pasas a la siguiente naranja, quise decir, texto.

El problema es que en una naranja es fácil distinguir el jugo del resto, y en la literatura no es tan fácil distinguir "lo que buscas" de "lo que no anotas en tu comentario". Será que los críticos fueron los primeros que se encontraron en la situación de "consumismo" que tan común se nos hace a todos ahora...

Si dejas un vaso de jugo de naranja en algún sitio, después de un rato (dependiendo del clima) ya no te lo puedes tomar, se separa por sedimentación y comienza a fermentarse, convirtiéndose en algo con lo que no puedes refrescarte ni nutrirte. Al final, lo tienes que tirar o arriesgarte a beberlo...

Si dejas un... {{No irony intended}}

 

Addendum i:

Pensándolo más, tal vez el problema es que no existe ese “concepto unificador” que tanto me preocupo en buscar. (Resultaría que sí era neurosis mi comparación…Ni idea…) Pero las preguntas “te hacen daño y son una carga para los demás”… Cuando disfrutas algo no necesitas justificarlo ni explicarlo, al parecer… (Y ésta última idea parece una salida rápida a la confusión del pensamiento…) El problema con la falta de una razón es que cualquiera puede tener razón, (como cuando encuentras que los críticos cometen todos esos “errores” por los que a nosotros los estudiantes nos sacrifican: poner palabras en los labios del autor, sugerir correcciones, no anotar bien las referencias bibliográficas, etc…)  Lo que se necesita al fin y al cabo es concentración, y que nadie ni nada afecte ese estado mental….

 

Addendum ii:

En conclusión, nadie tiene la culpa de mi idiotez más que yo, toda la racionalidad es una manera vana de tratar de justificar mi fracaso, ¿no? {{¿Esto último fue ironía? Sí. No. ¿A quién diablos le importa?}}