Sunday 29 November 2009

¿Y lo contrario de Sublime…?

Me encanta cuando la gente me hace pensar, o bueno, quizá "encantar" no es la palabra, mejor dicho, lo odio y a la vez me inyecta un tipo de energía extraña. Tal y como siempre digo, "la felicidad se parece mucho a la infelicidad" (pero esta vez aplico la frase sin ironía...)

Algo que alguien me dijo la semana pasada me hizo recordar algunas ideas a las que había tratado de no ponerles atención, pero que no se van a resignar a ser tratadas como si no existieran...

Cuando era más joven (una frase sin error que sin embargo suena más o menos ridícula, depende de con qué vara sea medida...) ciertas situaciones no me preocupaban: por muchos problemas que tuviera, pensaba que todas esas peculiaridades de mi personalidad y mi incapacidad de alcanzar la "normalidad" no eran realmente sino algo que en algún momento iba a ser capaz de transformar en aspectos positivos...

Ahora he de enfrentarme con la realidad: tal vez (probablemente) no podré hacer ninguna de las cosas que planeaba, y esa incapacidad de alcanzar la "normalidad" no es genialidad sino sólo una serie de lastres que complican la vida, son producto del azar y no del "destino"... Es terrible pero no se puede hacer mucho...

Ya desde hace unos tres o cuatro años había comenzado a sospechar que había un montón de cosas que simplemente escapan a todo lo que soy (no sólo a "mi comprensión") y que seguramente haría bien en aceptar que lo "sublime" (en el sentido en el que la comprendía a los 18-19 años, algo así como "wow", no tanto en el de cualquier otro significado que esa palabra pueda tener) iba a verlo sólo de lejos y nada más... En ocasiones algunas personas lo han más o menos acercado a mí, pero aún así, sigue estando lejos...

Curioso que lo piense ahora, que las cosas en mi vida se van acomodando no de acuerdo a mis planes, sino de acuerdo a la realidad, que he aceptado que si no puedo cumplir mis proyecciones mentales prefiero no tener nada más que el hoy, ahora que el futuro es... ¿qué es el futuro?, y el pasado es como una pieza para ser estudiada, comprendida, pero cuyo enlace con el presente no es más que "consecuencia"...

Wednesday 25 November 2009

Ilustrar un Principio: La Fe

Puede que no lo creas, pero existen formas menos perturbadoras de ilustrar los principios, mostrar la verdad, formas menos sangrientas: inefectivas. (Sí, porque la "indiferencia" ha sido ya tantas veces probada). Son casi como los caminos a la felicidad: todos falsos todos fingidos.

Y si aquellas historias que tu mente narraba cuando triste se ahogaba en la desesperación regresan, como el insomnio y la luna llena, no curan las dudas... Jamás lo hicieron.

Todavía hoy espero encontrarme con tu rostro alguna vez, de alguna forma. Puesto que al fin y al cabo, no eres sino una de esas piedras que caen mientras viajan de los queridos tiempos pasados. Aunque parezca que no soporto la oscuridad ni soy quien debería ser: sólo una imitación.

Debería dejar de temer al modo impreciso en que mi mente reacciona, si acaso debe liberar su tensión en formas extrañas. Pero las pesadillas son insoportables: como un taladro en la garganta, asfixian la calma. Y aunque he dejado esa infancia, no he podido crecer.

Incluso hoy espero encontrarme con tu rostro alguna vez, porque esta vida es corta, y el dolor es largo y la fe, es la única forma de escapar... Aunque tampoco cure mis dudas y sepa que nunca lo hará.

La fe, que no es ceguera ni engaño, que se parece al aire puro, y en demasía, nublaría la verdad y traería esa pesada obsesión con la fantasía; pero que en la cantidad justa salva y libera... Y la vida ya no es tan corta y el dolor parece estar un poco más lejos... que ayer.

Wednesday 18 November 2009

Redibujando el Mapa Social: El “Grupo Sin Grupo”

(Aquí uno de mis desvaríos seudo-ensayísticos, creo que entre todo el enredo de mis ideas debe haber algo de lógica… ¿aunque qué diablos es eso?)

En realidad este título (y sí, por si se lo estaban preguntando, sí me inquieta pensar que me parezco un poco a Bécquer mencionando mi título en las primeras líneas de mi texto) tiene varias connotaciones tanto históricas como sociológicas, pero he de explicar que uso los conceptos de una forma más o menos arbitraria y hay altas probabilidades de que una vez expuesta mi idea el término parezca estar mucho más desarticulado con respecto a su referente de lo que en realidad está.

Me guardaré la introducción ya tan conocida para todos los que vivimos en el S.XXI, todo eso de que “Desde hace algunos años, la vida del ser humano ha sufrido una cantidad alta de impensables cambios en un muy corto período de tiempo, lo que ha llevado a…”, y saltaré hasta lo que sigue después de esa introducción, que en realidad es lo importante e interesante.

No es nuevo el escuchar quejas acerca del abandono de las formas antiguas de organización social y sobre todo, de la aparición de formas alternativas de conceptuar la “identidad” (cualquier cosa que esas cosas signifiquen). Leyendo un par de artículos al respecto noté que estas formas que podrían llamarse “nuevas” de encontrar un grupo al cual pertenecer, conllevan una necesaria enumeración de las características que lo hacen ser una organización. Sin embargo, como consecuencia de la total separación entre el ayer y el hoy, y la creciente corriente de individualismo del presente, esta manera de identificarse como parte de “algo” se ha convertido en la descripción no de las características del grupo en sí, sino de los individuos y grupos que se encuentran fuera de él. (Quizá porque resulta más flexible para el grupo decir lo que “no es” que decir lo que “es”.)

{Sin querer convertí el párrafo anterior en una introducción, pero bueno, al menos no fue una tan trillada que parece sacada de un libro de Historia.}

Una gran cantidad de cambios en la vida cotidiana ofrecen muchos “trenes de vida”, “infinitas opciones” (para quien quiera y pueda acceder a ellas, hay que tomar en cuenta que, en lo individual, las opciones pueden considerarse tan infinitas por muchas razones, económicas, sociales, educativas, morales, etc.). Por supuesto que las opciones en realidad, aunque innumerables son limitadas y no superan o si quiera igualan el número de seres humanos. De esta forma la semejanza hace acto de presencia, y sumada a la innata necesidad de “pertenencia”, da lugar a la formación de grupos. Pero “nuevos grupos”, dentro de los cuales, la afinidad de los miembros se base en cualquier cosa. Interesante notar que por imposición cotidiana hay que pertenecer a muchos grupos (porque cada ser humano tiene muchos intereses) y al fin y al cabo no se pertenece a ninguno.

Esta situación no se sostiene por mucho tiempo (¡claro!, la necesidad de identificación) y la consecuencia (evidente) es el compromiso serio de definirse en un grupo. Sin embargo, esto resulta ocioso y va un poco en contra del “individualismo imperante” del capitalismo. ¿Cómo resolver el predicamento? Sencillo, en cualquier punto del tiempo-espacio es posible que se esté adentro o afuera. Así, sólo hay que voltear la situación y tenemos el pertenecer al “grupo sin grupo”. No es extraño cuando se piensa que los grupos cometen una gran cantidad de barbaridades para sobrevivir.

En el mundo moderno, los subgrupos nacidos de la disidencia al grupo más grande (sociedad en general) funcionaron de forma espléndida (incluso en sus fracasos) hasta que la desilusión para los más avispados se hizo obvia: los grupos disidentes funcionan de la misma manera que la sociedad en general: excluyendo y discriminando todo lo que no puede ser comprendido (y por lo tanto no entra en el grupo). La promesa de libertad tuvo que ser sacrificada para mantener la “identidad de pertenencia”.

Este fenómeno pavimentó el camino para la aparición de otro, una serie de actitudes curiosas y en realidad no completamente “modernas” en su esencia. Lo que comenzó como una inocente –y en gran medida inevitable– exclusión, ha dado lugar a un lo que podría identificarse como una “negación de lo indeseable” o de lo “indeseable natural” para ser más exactos, y en esto consistiría precisamente eso de “el redibujo del mapa social”.

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Redibujando el Mapa Social: Negación de lo Indeseable

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Durante mucho tiempo el sector dominante de la sociedad no tuvo que preocuparse (mucho) de ciertas actitudes que se consideraban propias y únicas de un solo sector de la población. De uno o de varios, pero ciertamente no del sector dominante. Sin embargo, durante el siglo pasado, todos los grupos de la sociedad parecieron darse cuenta de que ya era hora de ganarse una posición, y notaron que la superioridad de uno (o varios) grupos sobre otros no estaba justificada y además, era injusta e inaceptable. Claro que eso dio lugar a un cambio total en la organización de la sociedad (notablemente de las minorías raciales, y de las para nada minorías laborales y de género). Esto trajo la aceptación de la igualdad (que con reservas, basada en la “justicia” –un término todavía discutido– se llama “equidad”) de todos los seres humanos sin importar género, raza, estrato social, y una larga lista de etcéteras. {La aceptación tan celebrada no debe tomarse como un hecho, pues no es una opinión compartida por toda la sociedad y las consecuencias de ella están aún construyéndose. No es fácil derrumbar prejuicios sin sustituirlos.}

Este cambio fue positivo, si se ve de una forma “objetiva” o mejor dicho, “igualitaria”, “equitativa”, porque es más justa la incertidumbre de todos los seres humanos a la incertidumbre de unos cuantos. (No, ya en serio, en realidad sí fue un cambio positivo porque incluyó dentro del “canon establecido” muchas más formas de conceptuar el mundo e incluso ahora da oportunidades a un mayor número de personas. No obstante, el trabajo apenas comienza.)

Pero como de todo lo bueno viene algo no tan bueno, esto trajo cosas negativas, bueno, no tanto negativas sino un poco engorrosas. Ahora que se aceptó que las características y actitudes de las personas no estaban dadas por su género, raza, estrato social, etc., y que el potencial humano estaba repartido proporcionalmente, y que “todos somos seres humanos y merecemos respeto”, los individuos del sector dominante (que todavía existe y supongo que existirá siempre) tuvo que aceptar que dentro de sí se encontraban también todas esas cosas inherentemente “humanas”, negativas y positivas que durante tanto tiempo habían negado para inclinarse a cultivar sólo lo “bueno”.

Esto sucedía paralelamente a todo el rollo que explicaba en el post pasado. Y en un momento de (en mi opinión, triste) convergencia, la necesidad de pertenencia y la necesidad de deshacerse de lo negativo se unieron para producir la negación de lo indeseable natural (término mío que no es sino una manera de identificar el fenómeno). Como ahora ya no podían cargarse (al menos no oficialmente y con apoyo general) los rasgos indeseables a: las mujeres, las minorías étnicas, los pobres, etc., y los subgrupos disidentes se encontraban deseosos de una identidad que los identificara, la solución fue “permitirles” identificarse y “hacerse de”, es decir, “apropiarse” de todos esos rasgos con los que la “humanidad racional” (como si eso existiera más allá de una frase casi política) no quería cargar. (Ej. Irracionalidad, irresponsabilidad, rebelión, violencia, experimentación, emoción, sentimientos, exploración del lado oscuro del ser humano, etc.)

Con eso ya no suena tan inexplicable los cultos a una serie de cosas “negativas” que son tan comunes en la actualidad. Lo más curioso es que el hecho de que hayamos permitido que ciertas personas se apropiaran de algunas cosas inherentemente humanas nos hizo perderlas. Hay una larga lista de cosas que no se pueden hacer, decir, pensar, ver, leer, pues eso automáticamente te convierte en “parte del grupo”, y por supuesto, cuando no se es “parte del grupo”, no se quiere ser visto como parte de él. (Habría que pensar un poco en esa fobia a los grupos de parte de un sector de la población, en el que me incluyo, pero supongo que la única forma de aceptar cargar con el estigma de un grupo sería poder cargar también con lo positivo, y para eso tendría que formarse “parte”, es decir, limitarse.)

 

{{Posts escritos durante las últimas dos semanas en lapsos de 10-15 minutos, como forma de relajación, para sacar la amargura de mi mente que últimamente me tiene amordazada por completo y en total distracción… :-(, casi diría deprimida, pero nah… mejor diré en total desolación, es más exacto y menos sentimental… }}

Tuesday 17 November 2009

Comprensión (I: Misantropía Selectiva)

Hay momentos en la vida en la que todos te dicen que te equivocas (algo así como "what you did is so unbecoming", -frase de una canción...), y hay momentos aún más extraños en los que todos te lo dicen y tú lo sabes y aún así, algo en ti parece murmurarte que tienes que equivocarte... (Dudo que todo el mundo conozca este tipo de momentos, no tanto por no vivirlos, sino porque posiblemente no estén conscientes de ellos.)

En ocasiones (casi siempre) la gente no sabe de lo que habla cuando está en desacuerdo con tus decisiones (por la simple y sencilla razón de que no vive tu vida). Eso de "experimentar en cabeza ajena" es una frase que suena agradable en teoría: nos alivia pensar que realmente podemos escaparnos de nuestro propio dolor y de nuestros errores... (Y por supuesto, mi postura podría considerarse de insolente incorregible, cuya relación con el cuerpo de sabiduría social es inexistente… pero bueno, hay que tomar posturas… :-P)

He conocido mucha gente (del tipo de gente que sale con su "unbecoming"-thing) que se aferra bastante a esa creencia y "go with the flow" (-otra canción, pero también una frase hecha), y en los últimos años me he hecho de una mala fama por no escuchar sus "bienintencionados consejos" y por estar en desacuerdo con ellos, por huir de cualquier cosa que suene a "una comunión con lo establecido" (porque eso también conlleva la buena carga de errores, prejuicios y vicios de lo considerado “normal”), y más de una vez he tenido que soportar reprimendas o abandonos de mis amigos...

Pero existe otra clase de personas que siempre intentan las cosas incluso cuando saben que las probabilidades de fracaso son altas. Gente que tiene ideas interesantes, que van contra la "lógica imperante" que no es lógica sino en tanto vaya con la idea que se tiene de ella en la institucionalidad de intereses individuales en tensión.

Aunque bien sé que habrá que enfrentar y resolver la inevitable parcialidad, sólo a ese tipo de personas me interesa escuchar. ("Ah, thank Goodness for the Good Souls that make life better... -Otra canción, diablos! qué me traigo ahora?)

¿Qué puedo decir? Sólo que mi misantropía es selectiva... :-D

{Tanto rollo para llegar a una curiosa forma de justificar una frase que me parece divertida…}

Sunday 8 November 2009

Ironías de la vida (III…?)

No sé porqué me resulta tan curioso pensar que “las cosas” (y noto que esas palabras son excesivamente vagas y generales, pero son necesarias para abarcar el mayor número de posibilidades en la gama de significados) resultan fáciles (en el sentido más estricto de la palabra) sólo en dos ocasiones: cuando no se sabe “nada” (en un sentido no tan estricto… jaja, creo que ya me estoy confundiendo con mi propia retórica)  o cuando se sabe “todo” (no, todavía tiene sentido mi frase, es sólo un juego de opuestos).

Una vez que comienza a estudiarse, a “saberse” detalles, procedimientos, conceptos, cualquier cosa, las cosas comienzan a complicarse porque, como no se tienen todas las respuestas, el poco conocimiento que se tiene y el sentido común (sea poco o mucho) empiezan a suplir las deficiencias con inferencias y suposiciones, que por supuesto, no siempre son muy acertadas.

Y aquí viene la gran ironía (supongo que sería una “ironía situacional” porque se esperaría el efecto contrario… not sure, a PhD must check it) de la humanidad: sin importar cuanto se persevere por conocer algo, es imposible saberlo “todo”, ya no digamos en general sino de un solo tema, de una sola área… Así que, la única forma en la que las cosas son fáciles es de una manera en la cual no se puede interactuar con ellas (i.e., no se puede intercambiar nada, ni interés ni información…) Estamos condenados a que las cosas sean difíciles o inútiles… Ah… Qué gran alivio… :-)

Monday 2 November 2009

Confianza… (IV)

 

No lo había notado (o mejor dicho, no le había puesto la suficiente atención) pero en ocasiones las personas pueden mentirte porque no quieren perder tu confianza… Irónico, ¿no es cierto?