Una investigación puede ser tan acotada como la imaginación lo pueda sugerir. Puede ser del tamaño de un alfiler. Y según algunos, debe ser incluso más pequeña. Es verdad que un tema completamente delimitado permite un análisis profundo, pero también es verdad que puede llegar a ser limitado y angosto (tirándole a árido e incompleto, ver el árbol y perderse el bosque), no sólo de-limitado.
Y por otro lado, una investigación puede ser tan amplia (no grande, ni in-acotada) como la razón nos lo pueda dictar. Porque mientras más abarque más conexiones con una gran variedad de aspectos (fuera y dentro del campo de estudio específico) pueden encontrarse… Lo mejor, es que esas conexiones guiarán el nivel de profundidad.
Digo todo esto porque me preocupa ver que el nivel de especialización y de detalle llega a ser tan minucioso que casi parece absurdo y natural… Ésa es la peor parte, natural, como si la profundidad fuera por sí misma la guía adecuada para una investigación.
En este mundo de abstracciones y búsquedas, no está de más advertir que en la creación de un sistema (abstracto) de estudio (sobre algo concreto), no es difícil alejarse tanto de la realidad (en aras de la exactitud y la pureza del estudio) que el sistema deje de explicar su objeto concreto y sea sólo capaz de explicarse a sí mismo. (Caracoles, ¿qué propósito tendría un sistema así? Curioso sí que sería, pero…)
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