¡Ja! Me resulta curioso pensar (y comprobar cada vez que giro mi cabeza a mi alrededor y tomo en cuenta las reflexiones y descubrimientos de varias disciplinas o situaciones menos académicas) que en ocasiones la realidad (aunque qué diablos es eso??) y el sentido común (o en todo caso el conocimiento que nos permite conocerla) tienen poco que ver. Es aún más curioso si pienso un poco más y noto las consecuencias de esta casi contradicción.
i.e. Desde hace muchos años (no tantos a decir verdad, pero toda una vida para como el mundo se mueve actualmente) ha sido una observación trillada lo impredecible, espontáneo, sorprendente y vertiginoso de la vida. Aunque se conozcan tantas cosas y se hayan analizado las implicaciones de los conceptos o aplicaciones de todo, el resultado (quizá no sea tan seguro decir “consecuencia” pues hasta ésta la acepción de esta última palabra ha cambiado) siempre resulta “impredecible”. En el mejor de los casos, sólo una posibilidad se cumple de entre las millones de posibilidades. En los peores casos, nadie ve venir nada :P
Y aunque las teorías del caos y de la catástrofe así como los más recientes enfoques de las ciencias (naturales o sociales) u otros estudios humanísticos apuntan a esta total “impredictibilidad”, para efectos prácticos en ocasiones es difícil mantenerse en ese estado de total incertidumbre.
No sé si les pase a todos o sólo a personas dañadas como yo (jajaja “dañadas” tal y como un maestro de Filosofía se refería a los humanistas) fluctúen entre el total optimismo o el total escepticismo sin ilusiones. Así ya no (sólo) resulta una absurda y dolorosa contradicción actitudes comunes como la demonización de la ciencia y la idealización de los científicos. Curiosamente con frecuencia sucede lo inverso en cuanto al arte y los artistas…
Además en muchas ocasiones la decepción de nuestros tiempos confunde el “realismo” (un matiz de la total incertidumbre) con el “escepticismo sin ilusiones”. Bajo esta perspectiva, el optimismo ya no es la antítesis del escepticismo sino sólo un engaño…
(Addendum:)
Uh… bueno, tal vez yo fluctúo entre la incertidumbre y el escepticismo sin ilusiones, pero conozco a muchas personas que viven en el optimismo basado en la ilusión del potencial humano. Ja… terminamos como los postmodernistas… desilusionados, con un cinismo que protege los últimos restos de amargas esperanzas… :D
En otras palabras, la cera de nuestras alas se derritió cuando apenas pensábamos en acercarnos al sol. La buena noticia (o mala, ni idea) es que aún no caemos al océano… Todavía no somos elegibles para un monumento, pero aún hay posibilidad de merecerlo… (Eh… ¿eso último qué fue? ¿Por fin conquisté algo de optimismo?)
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