"Sporadic bursts of productivity will automatically compromise your grade, often catastrophically so. Please take this to heart."
So, I guess this means I'm doomed...
"If you look long enough into the void the void begins to look back through you." F.W.N. (or so I've heard they say...)
"Sporadic bursts of productivity will automatically compromise your grade, often catastrophically so. Please take this to heart."
Hace tiempo, mientras estudiaba el problema epistemológico del conocimiento, se me presentó la disyuntiva entre los conceptos de "saber" y "creer" (a decir verdad era una 'trisyuntiva' entre "saber", "creer" y "conocer", mas simplificaré). Bien pude comprender la diferencia entre estas dos formas de explicar el tipo de afirmaciones que se arremolinan en la cabeza, pero por algunas razones no podía imaginarme con claridad el motivo que provocaba que estos conceptos tuvieran consecuencias tan diferentes y fueran tan cruciales al momento de decidir la conducta humana. En parte esto se debió porque mi en ese entonces profesor de Filosofía miraba con desdén todo lo relacionado con la Filosofía de la Ciencia y se reía de los dilemas epistemológicos y, siendo joven, brillante y "alivianado", todos nos creíamos cada palabra que salía de sus labios. (En mi caso, esta situación, que yo llamo "confundir herejes por mesías o mistaking blasphemers for saviours" sólo duró un semestre, para muchos otros compañeros, esta influencia se sintió, apuesto, que durante mucho más tiempo e incluso fuera de la escuela...)
Sin embargo, creo que ahora ya he llegado a comprender porqué tanto alboroto con eso de "creer" y "saber", gracias a mis lecturas respecto al origen psicológico-social-antropológico de la religión, e incluso ahora pienso que dentro de la mente pueden convivir y conviven ideas contradictorias, es decir, puedes "saber" x y creer y, aún si "x" y "y" son completamente opuestas. (Si me viera mi otra profesora de Filosofía, la que nos impartió Filosofía del Conocimiento… jajaja, no, mejor no.)
Por ejemplo, algunos científicos aseguran que el universo siempre ha existido, y que el caos primigenio no duró mucho tiempo puesto que las leyes de "auto-organización" sistematizaron y dieron origen a estructuras sencillas que gradualmente se volvieron otras más complejas. Este postulado es algo que "sé" aunque no es algo que "conozco" (puesto que jamás lo he visto en acción y no he llevado a cabo ningún experimento ni nada parecido que me haya permitido observarlo), pero tal vez es algo que no "creo" porque, a causa de mis limitados conocimientos físicos, me es difícil imaginar esas leyes de "auto-organización" que hacen que la "nada" o el "caos" sean insostenibles durante mucho tiempo.
Asimismo, puedo "creer" que no existe Dios (ni dios o dioses con minúscula, que para el caso es lo mismo) pero no es algo que pueda "saber" ya que la existencia de este tipo de sujeto es inalcanzable (e incluso el sujeto o sujetos en sí son objetos que mi mente simplemente no puede concebir, por lo que empezar a debatir su existencia es absurdo y es la razón ulterior por la cual tanto el ateísmo como el teísmo son fanatismos ilógicos).
Firmemente creo y sé y conozco, que estas preguntas epistemológicas no son ociosas pues puedo notar que es importante (y sería más provechoso) tener conciencia de cuáles son las ideas, pensamientos, etc., que pertenecen a la categoría de lo que "sé" y qué es lo que está en mi mente bajo la categoría de "creo". Al navegar por el mundo debería ser capaz de limitarme a utilizar y poner en discusión sólo las cosas que "sabemos" mis interlocutores y yo, para evitar discusiones y diferencias irreconciliables (y también porque, supongo, sólo ese tipo de conocimiento podría generar más). De la misma manera, lo que "creo" debe tener peso al decidir qué personas son mis interlocutores, si bien las "creencias" se quedaran dentro de mi cabeza, formando solamente una base ideológica junto con las experiencias comunes que compartamos mis interlocutores y yo, es decir, aquello que "conocemos" y "conozco".
Free Add-On:
¿Otros ejemplos de porqué es de vital importancia diferenciar entre lo que se "sabe" y lo que se "cree"? Tengo uno, mis estudios: "saber" que esta era una mala opción de carrera para mí pero "creer" que podía hacer que funcionara, (en parte porque “conocía” que de todas formas cualquier otra opción hubiera dado el mismo resultado)... Ah. y tengo otro: "saber" que mis sentimientos hacia determinada persona son nocivos para mí pero "creer" en tonterías del tipo "true love", "sacrifice", "endless waiting", "reward", "patience", "intensity", "purity of feelings" y así... Más que nunca es fundamental aprender a actuar de acuerdo a lo que "sé", sobretodo si llegué a ese conocimiento al "conocerlo"...
o "gracias por seguir el no especialmente sencillo proceso de solicitud pero ni creas que nos vamos a molestar en contestarte personalmente, mandamos 1000000000000000 mails con attached files y ya... ventajas de ser big shots"
de tantos rechazos ya me estoy acostumbrando, al menos en este me mandaron un formato de carta… brrrr… qué inicio de semana… esperemos que de aquí a mi cumpleaños puras cosas buenas jajajaja :D
Después de semana y media tratando de entender cómo se realizan las investigaciones, empeñándome en resolver el conflicto investigación cuantitativa = investigación más informativa, con el que estoy en desacuerdo, creo que obtengo varios aprendizajes de este taller:
Por ahora (gracias a mi hermana, ¿qué haría sin sus sugerencias? que digan lo que quieran los unamitas de los “institutos” que no son totalizadores y que no son universidades, que digan misa, que no vamos a ser monaguillos :D) estoy checando el libro de Hdz. Sampieri “Metodología de la investigación”, que explica muchísimo el proceso de investigación cualitativa, (la investigación que casi no hemos checado y que es la más parecida a lo que yo pretendo hacer). Sea lo que sea y me sirva o no directamente en mi investigación de tesis, sé que me servirá en mis procesos de razonamiento individual, ya que estoy siempre en constante búsqueda ;-)
De sobra saben quienes me conocen que últimamente he perdido mi interés en quejarme de todo, como solía hacer hasta hace un par de meses, que me quejaba de la escuela, de los profesores, de los libros, de los programas de estudio, de los enfoques, etc. Eso no significa que haya perdido la capacidad para encontrar los errores o las áreas de mejora. Así que ahí me tienen en el curso de Metodología, donde me encontré con muchas decepciones (mi culpa supongo, ¿no? ¿Quién me manda a tener expectativas después de seis años de conocer a mi amada institución?)
Debo decir que no estoy iniciando una oposición entre la investigación de las Ciencias Naturales y las Sociales o Humanidades. Pero me ponen en un aprieto cuando sólo abordan el enfoque cuantitativo, como si todas las investigaciones tuvieran que ser de esa clase...
Las preguntas que me surgieron fueron las siguientes (y digo preguntas porque no creo que esté "criticando" en sí o diciendo que algo está "mal" o "equivocado" pues no soy experta en metodología ni mucho menos... pero sí hay cosas que me han causado "ruido"):
¿Es verdad que una investigación tiene que ser entendida por todos (incluidos personas que no son del área, que no saben del tema, etc...)? ¿Sólo si puedes plantear un problema que pueda ser comprendido por todos significa que la investigación es válida? ---Eso dicen las hojas que describen la evaluación, pero no puedo dejar de pensar que si así fuera, el 80% de las investigaciones científicas no serían válidas...
Por otro lado, investigando en Humanidades no puedo utilizar el método científico y no porque la información que maneje sea "inferior en calidad", "más inexacta", etc... La idea es diseñar una investigación cualitativa, pero oh, sorpresa... hasta ahora sólo hemos visto un sólo enfoque.
Desde el lunes estoy disfrutando sufriendo enfrentando los rigores de la investigación, con motivo de comenzar a preparar mi tesis tesina proyecto de titulación de licenciatura. No lo había comentado por razones precautorias que se harán evidentes en éste y los siguientes posts :-) Pero antes de relatar los sinsabores y aprendizajes, debo explicar primero, ¿cómo llegué hasta aquí?
Hace menos de un mes creí que no quería complicarme y que iba a escribir una tesis que no me costara trabajo sólo para cumplir el trámite, pero después me dije: “shame on you, is this the best you can do? are you doing your best?” Nah... de sobra saben todos que últimamente he dado la mitad de mi esfuerzo, atención y trabajo a todo lo que hago. ¿Qué hay de que la tesis tiene que ser algo “personal”? ¿Y qué hay de mi “pasión” por la literatura? (Que a momentos dudo que aún exista…) ¿Y cuándo planeo terminar con mi letargo...?, etc...
Es verdad que a los 16 años dudaba vivir hasta los 19, y a los 19 pensaba que jamás estudiaría una carrera. A los 21, creí que seguro la estudiaría pero que no había posibilidad de terminarla. Pero parece que casi lo logro, sin visualizaciones y sin decretos al universo, sino sólo dejando que la vida fluya :-) (Espero que en el futuro sea capaz de combinar ambos puntos de vista acerca de los objetivos y su consecución.)
Así que lo crea o no (y no lo creo, jaja) ya estoy empezando a pensar en mi tesis trabajo de investigación (fantástico...) , y no sólo a “pensar” en abstracto, sino que ya estoy tratando de elegir un tema y delimitarlo, pensar cuáles serán los objetivos y mis actividades, checar bibliografía y darme una idea con las tesis de mis compañeros de generaciones pasadas (ah, ¿qué fue eso de “compañeros de generaciones pasadas”? no cabe duda que la universidad tiene una mala influencia en mí, jajaja). Y digo que no lo creo porque ¡¡¡¡diablos!!! jamás me imaginé en este punto de mi vida.
Todo es un simulacro, y como todos los simulacros, es valioso y subestimado :-)
Por esta razón me inscribí a un curso de mmm… bueno, Proyectos de Titulación, según yo sería “Metodología de la Investigación”, lo que me tenía muy interesada, ya que el valor del ejercicio de construir un protocolo sería importante para mí, no sólo para la titulación, sino también en mis planes de un posgrado… Pero bueno, mi querida Universidad siempre me sorprende y este curso no ha sido la excepción…
{{La continuación, próximamente… ¡Esperemos!}}
"When the highwayman holds his gun to your head you turn your valuables over to him. You "consent" alright, but you do so because you cannot help yourself, because you are compelled by his gun. Are you not compelled to work for an employer? Your need compels you, just as the highwayman's gun."
Alexander Berkman
(1870-1936)
Hace poco un colega blogger (¿sí es éste el link correcto? brr, los mezclé, creo…) me mencionaba un comentario de la directora Jane Campion en la que ella recordaba a un antiguo profesor de universidad quien les decía que cualquier interpretación de un poema era válida. Atinadamente la mención que a mí me llegó incluía el "mientras pueda ser probada", pero desgraciadamente, esta semana descubrí que en ciertas ocasiones (académicas) no importa si puedes probarla o no, porque tu interpretación es descalificada sin más ni más, sin ni siquiera escuchar (o mejor dicho leer) qué fue lo que te motivo a expresarla.
Cuando entré a estudiar Literatura tenía la absurda idea de que íbamos a revisar lo relacionado con la Crítica y la Teoría Literaria, pero después noté que el nombre de la carrera era engañoso y que más bien debería llamarse "Historia de la Literatura" (o tal vez hasta esto resulta demasiado pretencioso, tomando en cuenta la amplitud de los estudios en "Historia del Arte"..., llamémosla "Libros del Canon") Tenía esa idea porque a mí me enseñaron a resolver ecuaciones antes de pedirme que tradujera problemas y los resolviera... Y con esto quiero decir que creí que resultaría útil aprender cómo acercarme a un texto, qué principios tomar en cuenta para analizarlo, etc... Eso fue hace varios años, cuando tenía una idea de qué hacía, ahora ya ni siquiera me importa...
A mí me agrada la Estilística (no demasiado y no como único approach posible), ya que el principio que propone es simple pero abre numerosos horizontes. Más aún, como eso es lo que se supone que nos piden que hagamos en la escuela es lo que hago... Pero, ah, no contaba con que los profesores pueden incluir principios hermenéuticos cuando se les dé la gana (es decir, presupongo que están conscientes de lo que están haciendo) y empezar a argumentar los horizontes socio-históricos para destruir la red de significados que produce un análisis estilístico. De ahí a decir que un adjetivo no es importante y que está ahí por azar es un corto..., bueno, supongo que sí es un salto grande, pero prefiero pensar que los profesores saben lo que hacen incluso cuando dicen incongruencias :-P
Al parecer no es posible decir lo que el poeta quería decir más que cuando un académico tiene línea directa con él… :-)
Oh, for Jesus’ sake, when in hell am I going to finish writing my goddamned essay??!!!!
Realmente espero que el principio de El Romance de la Rosa y el tal Macrobius que el narrador menciona estén equivocados y los sueños sean sólo locuras que sobre todo, no se hacen realidad... O en realidad no lo sé...
Últimamente había estado soñando dulcísimos sueños que eran más amargos al despertar por el mismo hecho de ser dulcísimos sueños, por default falsos e imposibles. Y algo sospechaba que el absurdo enamoramiento del que soy presa desde hace varios años tenía algo que ver y eso me desesperaba y me ponía de mal humor. Por suerte, desde que abandoné la universidad por primera vez ya no creo en absoluto en Freud ni en Jung ni en nada que tenga que ver con interpretación del subconsciente por medio de los sueños (y cada vez me inclino más a llamarlo inconsciente, con todas las pesadas sutilezas que esa palabra conlleva...)
Así que cuando el sábado en la madrugada soñé que estaba dando clases de Literatura (sí, tal y como se lee, tan scary como suene así fue) me sentí aliviada y preocupada al mismo tiempo. Aliviada porque por fin el sueño de mis estúpidos deseos amorosos satisfechos me había dejado de atormentar al menos una noche y preocupada porque... bueno, por obvias razones...
Lo curioso es que no sé realmente cómo me sentía en mi sueño, si feliz, tranquila, disfrutando la situación o sufriéndola tal y como me imagino que la sufriría en la vida real. (No porque tenga algo en contra de la actividad docente, -en mi familia hay una larga e ilustre historia de docencia y yo he tenido mis épocas muy interesada en todo lo relacionado con la pedagogía y la didáctica-, sino porque no creo que sea la carrera para mí.)
Aún más intrigante es que aunque no logro recordar mi estado de ánimo sí recuerdo el soneto del que se trataba la clase, When I have fears de Keats (eso porque me dormí pensando que por fin había conseguido Bright Star gracias al bendito internet). Ja, por supuesto que antes de que terminara la mañana del sábado ya lo había leído un par de veces y decidido a traducirlo... Y claro, no significa que los sueños sean premonitorios ni mensajes del subconsciente para acostumbrarte a realidades inescapables o posibles (si así lo fueran la vida te agarraría de sorpresa mucho menos a menudo), pero aún así... qué extraño.
[Sobre las primeras semanas y las primeras actividades]
A veces simplemente no se puede evitar estar tratando de cumplir actividades que no entiendes muy bien para qué sirven ni cómo hacerlas… ¿Cómo las llevas a cabo? Ni idea, el punto es que de una u otra forma, mal que bien (supongo que “más mal que bien” por aquello de la falta de autoconciencia) las terminas. Es terrible la sensación de estar ante este problema y no sentirlo como un reto sino como una bofetada a tu incapacidad. Es desesperante porque sobretodo no sientes que en realidad te esté ayudando a “mejorarte” o qué… lo único que puedes esperar es que el trance pase rápido y puedas enfrentarte a lo siguiente… Al fin y al cabo todo lo haces como “dios te dé a entender” aunque sospechas que deberías hacerlo de otra forma… Triste…
[Sobre la vida en general]
Que fastidio, llevo semanas enferma y no sé cuándo diablos me voy a sentir bien… Creo que me sentí mejor sólo dos o tres días de la semana pasada y eso al final resultó contraproducente, porque volver a sentirme mal me desanimó aún más porque pensaba que ya iba todo de menos a más… En fin, aunque esté día no signifique nada creo que debo agradecerles a quienes se han preocupado por mi salud, cerca de aquí u overseas ;-)
Paulo Freire comienza su Pedagogía del oprimido haciendo referencia a dos conceptos importantes para la educación libertadora: "el miedo a la libertad" y "el peligro de la concienciación". Según Freire, ambos conceptos se conjuntan para construir la idea de que "la concienciación es anárquica" y que si permites que los oprimidos se den cuenta de la realidad (injusta pero situacional) en la que se encuentran inmersos, se provocaría un descontento tal que los llevaría a la revolución violenta y a la barbarie. Siendo una idea tan arraigada, es difícil no pensar que los detractores de la rebelión tengan razón, sin embargo, Freire explica que cuando esto sucede es porque los oprimidos han sido engañados por sus propias percepciones hasta llegar a una percepción equivocada de la realidad; pero que la verdadera "concienciación" no es reaccionaria sino revolucionaria, destinada a cambiar las cosas para la liberación de los hombres (es decir, la humanidad), la cual sería un proceso permanente.
No obstante ¿quién va a liberar a quién? Es obvio, apunta Freire, que los dominadores no tienen ningún interés en liberar a nadie ya que ellos se encuentran atrapados en una visión del mundo en la que "el ser es tener" y claro, para tener más, la consecuencia natural es que muchos tengan menos. El mundo debe ser injusto para que este tipo de sociedad funcione y como a los dominadores les va bien, la educación que ellos imponen o su forma de vida no puede estar encaminada de ninguna forma hacia la liberación.
Freire anota también que los únicos que tienen interés en liberarse son algunos oprimidos, aquellos que ya se han dado cuenta de su realidad y quieren cambiarla, sin embargo, ¿dónde podrían encontrar los elementos que les permitieran tanto conseguir su liberación como las herramientas necesarias para construir una nueva sociedad? Es evidente que no en la sociedad presente, diseñada para oprimir. Además, hay otro obstáculo a la liberación, pues esta realidad social, que Freire llama masoquista y necrófila (ahora veremos por qué) provoca que tanto oprimidos como dominadores desarrollen percepciones distorsionadas de sí mismos.
En primer lugar, los dominadores no notan que son injustos. ¿Cómo es esto posible? Sencillamente porque la sociedad les ofrece el camino de "la falsa generosidad" esto es, la oportunidad de "dar" sin dar realmente. Programas de apoyo social que no tienen objetivos a largo plazo o que no ayudan en nada a que un futuro los beneficiarios puedan ser independientes y los condenan a una realidad eterna de dependencia son un buen ejemplo de esta "falsa generosidad". No obstante, la educación misma es otro ejemplo. Los dominadores "dan" educación incluso a los oprimidos, pero esta educación es parcial y tendenciosa, tiene por objetivo el "adoctrinar" y "domesticar" a los oprimidos para que puedan "adaptarse" a la realidad de esta relación social vertical. La actitud de los dominadores es “necrófila” porque ellos detestan el cambio, quieren mantener el statu quo benéfico para ellos a toda costa y temen a los cuestionamientos y a la transformación, al constante devenir que es la vida.
Por otro lado, los oprimidos se encuentran en una situación aún menos halagadora. Ellos no sólo son los que se llevan la peor parte social, económica, política e históricamente, sino que la perpetúan sin saberlo, pues llevan al “dominador” dentro de sí. Los oprimidos no sólo miran a los dominadores desde abajo, sino que admiran su posición y aspiran a llegar a ser como ellos, no para cambiar las cosas y ser más justos, sino simplemente para ser “mejores” y tener la oportunidad de mandar por una vez. (Supongo que casi cualquier “complejo o creencia clasemediera” serviría de ejemplo.) De esta forma, los oprimidos sofocan, incluso antes de que surja, cualquier ansia de cambio y se convierten en simples “beneficiarios” de la “falsa generosidad” de los dominadores. (Ya quedó claro por qué es masoquista, ¿no?)
Cuando los oprimidos muestran disgusto frente a lo que “reciben” de los dominadores, éstos pueden darse el lujo de decir que los oprimidos son unos “salvajes” e “ingratos”. (Más o menos como si un limosnero se negara a comer comida podrida que le han regalado o como cuando nos quejamos de nuestra Universidad y ya tenemos un montón de dedos señalándonos y acusándonos de “inconscientes”, “malagradecidos”, etc., cuando lo único que estamos haciendo es tratar de hacer notar la injusticia, la perpetuación del enfermizo sistema y la necesidad –y posibilidad– de mejora.)
Creo que en más de una ocasión he expresado mi decepción ante los “reaccionarios” o como los llamamos aquí, “activistas” de izquierda, que sólo señalan y acusan, sin realmente proponer o buscar soluciones. Pareciera que su único placer se halla en aprovechar las teorías paranoicas y conspiratorias como prueba para “denunciar las mentiras” y las “banalidades de la sociedad contemporánea” (como si necesitáramos que alguien nos señalara estos obvios errores). Lo negativo es que al “escupir su veneno” sólo se ganan detractores y enemigos de entre las personas que deberían compartir sus (esperamos verdaderas) ansias de cambio. Así, la gente que también sufre la opresión y la injusticia de la enfermiza organización de la sociedad no se identifica con las luchas sociales y sólo las censura (y en las discusiones las ataca vigorosamente). Cada quien se queda insertado en una parte distinta del mismo círculo vicioso que se perpetúa (por desgracia parece que) eternamente…
Muchas veces me había preguntado por qué el ser de “izquierda” o mejor dicho, por qué el estar en contra del statu quo o el “establishment” (prefiero la expresión latina porque la inglesa trae el tono de dominación presente que puede herir susceptibilidades); decía, por qué no es suficiente estar en contra del sistema y ver sus fallos para ser parte de la solución; por qué los reaccionarios se quedan atrapados como si no vieran los yerros y permanecen atorados en el mismo statu quo. Aquí va un intento de respuesta, cortesía del pedagogo brasileño más influyente del siglo pasado.
[Freire sobre los sectarios de derecha e izquierda, ambos grupos impidiendo el verdadero cambio/la verdadera revolución desde sus trincheras:]
El miedo a la libertad, del que, necesariamente, no tiene conciencia quien lo padece, lo lleva a ver lo que no existe. (...) Libertad que se confunde con el mantenimiento del statu quo. (…)
La sectarización es un obstáculo para la emancipación de los hombres. (...) No son pocos los revolucionarios que se transforman en reaccionarios por la sectarización en que se dejan caer, al responder a la sectarización derechista. (...) El sectario, cualquiera que sea la opción que lo orienta, no percibe, no puede percibir o percibe erradamente en su "irracionalidad" cegadora, la dinámica de la realidad. [Los dos tipos de reaccionarios son:]
1. Reaccionario de derecha o "sectario de nacimiento". Pretende frenar el proceso de cambio, "domesticar" al tiempo y a los hombres. Pretende "domesticar" el presente para que, en la mejor de las hipótesis, el futuro repita el presente "domesticado". El hoy, ligado al pasado, es algo dado e inmutable [y beneficioso para él].
2. Reaccionario de izquierda. Se equivoca totalmente en su interpretación de la "dialéctica" de la realidad, de la historia, dejándose caer en posiciones fundamentalmente fatalistas. Transforma el futuro en algo preestablecido, en una especie de hado, de sino, o destino irremediable: el mañana es algo dado de antemano, inexorablemente prefijado [y malo para él].
[Esto no quiere decir] que se transformen en espectadores. Por el contrario, cerrándose en un “círculo de seguridad” del cual no pueden salir, ambos establecen su verdad. Verdad que no es aquella de los hombres en la lucha por construir el futuro, corriendo los riesgos propios de esta construcción. No es la verdad de los hombres que luchan y aprenden (…)
[A ambos grupos de sectarios] les es necesario considerar como una mentira todo lo que no sea su verdad.
El hombre radical, comprometido con la liberación, no se deja prender en “círculos de seguridad” en los cuales aprisiona también la realidad. Por el contrario, es tanto más radical cuanto más se inserta en esta realidad para, a fin de conocerla mejor, transformarla mejor.
(Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. 1970, 2005. Traducción de Jorge Mellado)
{Primero de, espero, varios posts sobre Paulo Freire :-)}
Continuando con el tema del post anterior, creo que mi exposición más pareció estar en contra de las Humanidades que de su lado. Sin embargo, he de decir que siempre las defenderé no sólo porque mi formación ha sido predominantemente en estas áreas, sino porque realmente hay habilidades y conocimientos valiosos que pueden obtenerse de su estudio. Lo que no puedo hacer es defenderlas ciegamente, "a capa y a espada", si no por otra cosa porque aspiro a encontrar una solución al dilema de Ciencia Vs Humanidades. (Quizá mi solución sólo me satisfaga a mí y no al Sistema Educativo, pero con eso será suficiente.)
Pensando que estaba sobre en cuáles clases he "aprendido a pensar", creo que no es mentira lo que anoté ayer, aunque tal vez debería agregar Filosofía (pero sólo ciertas clases y gracias a ciertos profesores). No pretendo decir que efectivamente las clases de Filosofía sean imprescindibles per se, sólo digo que algunos tipos de clases, con ciertos contenidos, profesores cuidadosamente elegidos y alumnos receptivos, dispuestos a trabajar para su formación, pueden resultar más que excelentes (de hecho, prácticamente cualquier clase requiere cumplir estos requisitos para resultar efectiva.). No obstante, creo que es importante responder a las acusaciones más comunes en contra de las Humanidades.
a) Se la pasan pensando en ficciones y construcciones mentales arbitrarias que no sirven para nada. Bueno, podríamos decir que hasta cierto punto es verdad, pero también es cierto que el cultivo de lo que se llama "Ciencia pura" también exige y lleva a cabo esta postura, así que no sólo acusaríamos a las Humanidades de estar “desconectadas”. Por otro lado, si somos objetivos y justos, nada "sirve para algo" por sí mismo. Tomemos como ejemplo a la high tech, que unánimemente es alabada como "muy usable"; si no viviéramos en una sociedad consumista o si las investigaciones no hubieran avanzado hasta el punto en el que se encuentran, la tecnología sería inútil.
b) Nunca hay resultados prácticos para la vida. Sí los hay pero por supuesto que son intangibles y difícilmente cuantificables. Los Humanistas debemos responsabilizarnos por difundir las Humanidades (tal y como se difunde la ciencia) y también por buscar aplicaciones prácticas de nuestras teorías. [De cualquier forma, es verdad que no cada punto teórico puede ser aplicable y tampoco requiere serlo para ser válido. En lo que estoy en contra es en que tomemos esta realidad como escudo.]
c) Sus conocimientos no son importantes para la vida o para el trabajo. Aquí de nueva cuenta nos encontramos con querer generalizar una percepción específica parecida a la del punto 1. El que las habilidades y conocimientos otorgados por las Humanidades no sean bien pagadas o siquiera puedan insertarse realmente en la sociedad no es culpa de las Humanidades en sí, sino de la organización de la sociedad, que a través de la historia y en todo momento determinado favorece el cultivo y la inserción de ciertos conocimientos o "carreras".
También podría ir incluso más allá y proponer razones por las cuales las Humanidades no sólo no deben ser borradas del mapa académico sino que deben ser cultivadas y desarrolladas. (En la mayoría de los debates de este tipo la gente involucrada se limita sólo a abrir los ojos bien bien grandes y a gritar a voz en cuello "pero cómo es posible que quieran quitar las Humanidades, la Filosofía, la Historia, si es básica, si sin ellas nos morimos...", o algo parecido, pero pocas veces intentan buscar argumentos razonables y convincentes para apoyar su permanencia).
1. Identificación de signos y lectura de significados. Esta habilidad o capacidad de realizar un procedimiento ya la había señalado como una razón para apoyar el estudio de la Literatura. En esta ocasión, abogo no sólo por la riqueza de las experiencias estéticas de aquellos que adquieran este conocimiento, sino también por una mejora tanto en sus relaciones interpersonales como en su vida laboral. En todo momento y en todo campo es necesario comprender conceptos, ideas, cosas, aislarlas, volver a reconstruirlas, codificar y decodificar mensajes, etc. Más aún, un buen científico o cualquier profesional necesita saber “leer” a diversos niveles y de diferentes formas. Las Humanidades ofrecen ejemplos innumerables para aprender a hacerlo y para poner esta capacidad constantemente a prueba.
2. Claridad de expresión tanto oral como escrita. Si bien es posible desarrollar esta destreza con otros temas, también es cierto que una de las cosas más complejas que existe es preparar una respuesta escrita frente a un objeto estético, (tal vez sea por su misma naturaleza intangible y vaporosa o por lo espinoso de sus temas, los más profundos/absurdos de la humanidad). El pensar algo al respecto de un texto, pintura, etc., y después presentarlo por escrito no es tan sencillo como parece (reto a cualquiera que esté en desacuerdo a intentarlo y decirme cómo le fue) y obliga a abstraer, organizar, sistematizar y ordenar, no sólo datos o información, sino a codificar un mensaje ya sea con el fin de informar, convencer, persuadir o mostrar odio diplomáticamente (porque por supuesto que no porque sean grandes mentes estamos de acuerdo con todos los autores, artistas, músicos, filósofos o pensadores,).
3. Historia de las ideas. Quién no se ha preguntado de dónde viene tal o cuál expresión o pensamiento. Más importante aún, quien no ha necesitado saber de dónde vienen sus más arraigados prejuicios o creencias, no sólo para interactuar con ellos sino también para defenderse en las discusiones. Asimismo, conocer la historia, no sólo los hechos, sino también las interpretaciones y pensamientos de diferentes personas a través del tiempo nos enseña a ser un poco más humildes y a observar métodos de razonamiento en acción, algo de lo que todos nos podemos beneficiar.
4. Imaginación y Creatividad. No voy a argumentar que el Arte no pone reglas y que la Ciencia nos reprime, porque estoy consciente de que la Ciencia es una de las actividades más creativas de la humanidad; lo que anotaré es que los seres humanos tenemos una multitud de necesidades espirituales, emocionales o cognitivas que no pueden ser resueltas a través de los métodos más racionales. El aumento de los problemas y de las falsas soluciones de la sociedad está enraizado en nuestra incapacidad de darle rienda suelta a nuestras dudas y necesidades de expresión en formas adecuadas. Creo que fue Picasso quien escribió que “todos los seres humanos nacemos artistas, el problema es cómo seguir siéndolo al crecer”. Bueno, el cultivo de las Humanidades ofrece una verdadera válvula de escape para insertar todos esos "intangibles" y construir más conocimiento.
5. Empatía. Acabo de leer a S. J. Gould diciendo que "la lucha de las mujeres es la lucha de todos", y yo podría agregar que "todas las luchas son de todos", ¿cómo aprenderemos a ver las cosas desde otro punto de vista sino a través de la Historia y la Ficción, ni se diga de la Filosofía? Para redondear esta idea señalaré que "mirar las cosas desde otras perspectivas" es básico para los estudios científicos de todo tipo.
6. Las cosas por su nombre. Me refiero no sólo al vocabulario sino al hacer uso del lenguaje a diversos niveles en miríadas de experiencias sociales. No nada más con el fin de "sonar fancy" sino también para utilizar formas creativas y efectivas de conformar nuestras frases y nuestras expresiones al construir nuestra concepción del mundo (al fin y al cabo ése es el fin de un lenguaje).
7. Laboratorios Sociales. Las humanidades ofrecen representaciones de seres humanos en acción, ya sea directamente (a través de ficciones o crónicas históricas) o indirectamente (mediante las reconstrucciones de procesos reflexivos). Este conocimiento acerca de nosotros mismos y de nuestra propia conciencia no sólo sirve de entretenimiento sino que también podría convertirse en una herramienta para el cambio y el progreso.
Pues bien, estos siete puntos resumen algunas cosas, pero en cuanto recuerde más las anotaré. Nada mejor que tenerlos a la mano para cuando se necesiten y qué mejor que tomar notas de forma clara y en un ejercicio de persuasión para avivar a la memoria… (Ah… pues, punto 8…. jajaja)
Addendum:
He de anotar también que los puntos anteriores no están encaminados de ningún modo a justificar los estrechos e hiperespecializados trabajo, cultivo y desarrollo que se llevan a cabo actualmente en la mayoría de las áreas de Humanidades. Creo que una educación integral es esencial (y no me cansaré de repetirlo). Las Humanidades no pueden ser valiosas a menos que se encuentren en constante retroalimentación con el resto de los campos de conocimiento y también con la cotidianeidad. En definitiva, no hay rama que sea independiente y lo más importante, los seres humanos necesitamos un "justo medio" en la cantidad y cualidad de nuestros conocimientos y experiencias.
[Abstract:] En el (ahora ya) antiguo debate entre las humanidades/artes y las ciencias naturales/sociales/económicas/etc., no creo que los contadores tengan toda la culpa del recorte de presupuesto a las primeras. No sólo diré esto, sino que también agregaré que señalar a los "malditos cerdos capitalistas" como responsables del poco crecimiento e ínfimo interés en cultivar las artes/humanidades es una posición simplista que no sólo no ayuda a nadie, sino que sólo cumple el objetivo de darle la oportunidad a las personas de mostrarse "completamente preocupadas y comprometidas" con el desarrollo de estas ramas del conocimiento humano. [Si tantas personas que dicen estar preocupadas porque se quiera borrar a las artes liberales y a las humanidades de los programas estuvieran realmente interesadas en ellas, ¿por qué no se arriesgaron a cultivarlas ellas mismas cursando una licenciatura en una de éstas áreas? {“No, pues no nos dejemos llevar...”} :-P] (Y si esto último sonó a un vil ad hominem, no fue mi intención, es una pregunta real, no retórica…)
Este tema se me ocurrió al leer un artículo de la revista Nature en el que se argumentaba a favor de dar mayor importancia y dinero a las universidades dedicadas al cultivo de las humanidades/artes (curiosamente el autor no hace diferencia al respecto y creo que dividir estas dos áreas es primordial para atacar el problema, pero bueno, por el momento podemos unirlas bajo una denominación). Citaré algunos fragmentos que me parecieron interesantes y estimularon mis reflexiones:
I learned to think critically, analyse deeply and write clearly in my university humanities courses, not in my science courses. I found humanities the most valuable subjects in school. They still broaden my thinking, help me to make connections and aid my ability to communicate.
Esto es seguro una hipérbole, o de plano he de concluir que las clases de Humanidades en los países de primer mundo deben ser diametralmente opuestas a las de esta cara de la moneda (lo que es posible y probable). Creo que en este país nadie diría que las humanidades fueron las materias más valiosas en la escuela. Jamás. Las humanidades aquí son para llenar el tiempo y darle trabajo a los egresados (lamentablemente así es, aceptémoslo). De vez en cuando hay buenos profesores que realmente te ayudan a ensanchar tus horizontes y a desarrollar tus capacidades cognitivas, pero son los menos y no podemos dejarles la carga total. Las clases en las que yo aprendí a pensar fueron mayormente las de ciencias (sobre todo las que más odio: matemáticas, física y química; pero también en las de biología) porque me obligaban a mirar las cosas cotidianas desde otra perspectiva, además me enseñaron a ser disciplinada y sistemática en mis ideas. Incluso ahora, cuando estoy en una mala racha utilizo el cálculo mental para despertar a mi cerebro y a mis neurotransmisores, e indirectamente las endorfinas salvan un poco de mi cordura.
Students have neither the wisdom nor the experience to know what they need to know. Left to themselves, they frequently choose subjects based on the fashion of the moment (which in the United States is currently economics, although at one time it was sociology) or on what they think will equip them best for a job. That the best and most valuable education combines breadth with depth is something that most students do not yet understand. We need less student choice, not more. We need more prescribed curricula, not less.
Bueno, muchos estudiantes sí que no tienen idea de lo que necesitan saber. Como el 70% o más de los estudiantes universitarios viven así, pero eso es porque tampoco tienen idea de muchas otras cosas, ni siquiera de lo más básico... Sin embargo, creo que, al menos en nuestro país, tener curricula opcional es algo que debería intentarse seriamente. No sólo porque aquí escoges una carrera y ya te casaste con un sólo grupo de conocimiento por el resto de tu vida académica y profesional, sino también porque las facultades están llenas de vicios y vacas sagradas que evitan que tengas al menos 3 maestros buenos y 3 malos por semestre... Además, no entiendo qué quiere decir el autor cuando implica que las artes y humanidades podrían equipar a los estudiantes para un trabajo (y no es porque no haya entendido lo que leí...). Siendo honestos por un momento, lo que se saca de las humanidades es siempre mínimo y no por culpa de las humanidades por sí mismas sino porque nunca se va más allá, a trabajar con los temas y con las habilidades. Si los estudiantes no se esfuerzan por exprimir su cerebro no importa qué estudien, nunca estarán preparados. (De los profes, mejor ni hablar... ellos ya saben cuál es su trabajo...) Por otro lado, creo que los estudiantes tenemos derecho a exigir lo que queremos estudiar, los profesores deben guiarnos para compensar nuestra falta de "conocimiento y experiencia" pero no deben elegir por completo, porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que tenemos que sufrir con una vida de carencias educativas.
El artículo completo puede ser leído aquí (para que quede como prueba que no fui malintencionada y que no saqué las citas de contexto.) Debo añadir que me quedé de a seis con ese cuasi insulto de "bean counters". Creí que estábamos hablando en serio y ya ponemos a los contadores a la defensiva... (como si no lo estuvieran de por sí.)
Como decía antes, el texto sirvió de punto de partida para varias reflexiones mías. En primer lugar, no creo que la solución sea considerar a las universidades como "receptáculos" que protegen el conocimiento de antaño. Creo que el problema comienza precisamente por eso, porque pareciera que los humanistas creen que lo único que tienen que hacer es cuidar a sus vaquitas y ya con eso cumplieron. Con esa ocupación justifican su trabajo, su sueldo y su falta de resultados o beneficios tanto para el mundo como en el campo de los conocimientos (en general, no sólo de humanidades). En segundo lugar, seguro que sí importa quién dirige las universidades, pero si bien no deberían estar regidas ni por cerdos capitalistas ni por familiares de políticos, creo que tampoco deberían estar regidos por un humanista, porque seguro que van a querer "echar de reversa la balanza" y "acarrear agua a su molino un ratito...", con eso de que "una de cal por las que van de arena..." Además, si los humanistas de otros países son como los nuestros (que no han estudiado a conciencia ni administración ni pedagogía, ni educación y son especialistas en 15 líneas de una obra escrita hace 300 años), no pues... "a buen árbol nos arrimamos..." {Perdón por tantos dichos, pero es una forma de sacar la ira constructivamente, manteniendo viva una de nuestras "grandes tradiciones"...}
Para salvar a las humanidades es necesario (y lo he dicho varias veces) comprender qué hacen y porqué son importantes, cuantificar y cualificar lo que ofrecen a la sociedad, sólo así entenderemos porqué son imprescindibles. Esto requiere que los humanistas se bajen (nos bajemos) de nuestra nube de “yo he leído muchos libros” y comencemos por buscar conceptos unificadores, resultados, teorías que nos expliquen nuestras áreas de conocimiento pero que también puedan ser trasladadas a otros campos de conocimiento y que marquen diferencia en la vida de los ciudadanos de a pie. También será necesario dividir a este grupo de “estudios etéreos” en algo así como: Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Liberales, Artes (y a éstas en el estudio de las Artes y en la producción de ellas). Me parece que cada vez me gusta más la idea de que todos los universitarios deberíamos tomar cursos varios, no sólo de nuestra carrera, sino de Ciencias, Apreciación Estética, Apreciación Artística (no, no es lo mismo), Economía, Psicología, etc., porque al fin y al cabo todas esas ramas surgieron porque son importantes para la sociedad y, como miembros de ella, todos deberíamos ser capaces si no ya de cultivarlas, sí al menos de disfrutarlas, comprenderlas y hacer uso de ellas…
La Ciencia es (directa e indirectamente) muy divertida, de eso no hay duda, pero las Humanidades también pueden traer muchas alegrías. Si alguien lo duda, sometemos a consideración la evidencia A:
En el departamento de Psicología de una conocida universidad mexicana han inventado un detector de mentiras. Para probar su eficacia, invitan a un estudiante de Informática, a uno de Medicina y a otro de Letras. Al inicio de la prueba, se advierte a los voluntarios que sonará una alarma cada vez que digan una mentira.
Empieza el de Informática y dice: "Yo pienso que piratear programas debería estar prohibido por la ley..." La alarma se dispara: *¡beeep, beeep, beeep!*
El estudiante de Medicina asegura: "Yo pienso que nuestra carrera es de las más divertidas porque..." La máquina hace: *¡beeep, beeep, beeep!*
Por último, le toca el turno al estudiante de Letras: "Yo pienso..." *¡beeep, beeep, beeep!*
Tomado de ¡Qué Divertida Es La Ciencia! Suplemento del no.9 de la revista MUY INTERESANTE. Septiembre de 2002.
[Me pregunto, ¿de dónde lo habrán tomado ellos? Supongo que de algún lugar en la red. Pero bueno, lo importante es que aún hay cosas rescatables de cuando leer MI no era una pérdida de tiempo...]
{Por suerte es día de los Santos Inocentes, ¿no? Eso nos excusa de las explicaciones y las disculpas jaja}
Este semestre se me ha hecho tan difícil y cansado que ya casi no le veía fin. Sí ha sido bastante interesante, es decir, creo que por fin llené algunas lagunas de conocimiento que estaba renuente a aceptar (con eso de que no amo el Renacimiento ni nada de eso). Espero que mis horas de estudio den frutos y mañana se añada otro éxito (o ya de menos un poco de tranquilidad) a mi vida….
Eso es todo por ahora, supongo, sólo quería jugar a “inmortalizar” este momento y anotar la última entrada relacionada temporalmente con este fragmento de vida escolar llamado semestre que tan complicado me resultó (irónicamente, por razones totalmente ajenas a los asuntos académicos). La próxima vez que escriba ya estaré (ahora sí) oficialmente más allá de la mitad de la carrera. Jajaja, ¿a que nadie (ni yo) creía que iba a llegar tan lejos…?
Addendum:
Como si se tratara de una reprimenda del destino, mi profesor ha retomado últimamente las actitudes que me hicieron casi admirarlo en un principio. Claro que eso no borra la lección que aprendí (“Deja de estar estúpidamente idealizando a la gente y comprende de una vez que no son sino seres humanos, igual que tú. Toma todo lo valioso que puedan ofrecerte y a cambio trata de mirar con indulgencia sus errores, tal y como la gente a tu alrededor tiene que respirar profundo ante los tuyos.”). Hoy por la tarde nos dio una excelente noticia: parece ser que en enero próximo no tendremos que sufrir algo que yo la verdad temía (repetir un/a maestro/a de semestres anteriores, lo digo así para mantener el misterio, jaja.) Nos dijo que había dos opciones para nuestro próximo asesor y la verdad ambas posibilidades nos “devolvieron el alma al cuerpo”. Excelente estado de ánimo para encarar el examen :D
Exterior del CCUT (Centro Cultural Universitario Tlatelolco) donde la UNAM nos muestra cómo usar la energía de forma responsable y sobretodo, sin molestar a los vecinos que llevaban años y años viviendo sin contaminación lumínica (y todavía falta el extremo inferior izquierdo…):
Intro (o por qué el verbo “distorsionar” está entrecomillado y en inglés a pesar de que hablo de un autor francófono): La primera vez que me aparecí en la “divina y sagrada” Facultad de Fil. y Let. (para usar una frase del ex-director de ella, sarcasmo incluido :D) como “aspirante”, fue para presentar un examen de Inglés. Recuerdo que después de la esperada prueba de gramática (de ésas enredadas con un texto en pasado para que sufras con la concordancia de los tiempos verbales), me pidieron escribir algo acerca de los últimos libros que hubiera leído (en ese entonces The Home and the World de Tagore y The Waves de Virginia Woolf). Luego, en la penúltima fase del examen me dieron a leer un texto de Eliot donde expresaba sus ideas respecto a la lucha ideológica-estético-ontológica que el escribir drama le presentaba. Escribí un comentario crítico al respecto, pero en realidad no recuerdo lo que escribí sino que, en la última parte del examen, una entrevista, el profesor que me examinó me dijo “you distorted Eliot”. (Ahora que lo pienso creo que en ese momento debí sospechar lo que sucedería en la escuela una vez que entrara… pero bueno, en ese punto de mi vida era demasiado tarde como para echarme para atrás), así que tuve que tragarme el que el profesor en cuestión se divirtiera un poco con lo que él consideraba mi “distortion of Eliot”. Cuento la anécdota porque (nunca la había escrito, sí que se oye idiota en letras de molde jaja) demuestra un poco que en las humanidades (como en todo, pero aquí suena un poco más chocante) hay ciertas “verdades e interpretaciones” con “autoridad” e “incuestionables”.
Muchas cosas han cambiado desde ese entonces. Además de que voy recuperando mi autoseguridad, mi cinismo y mi irreverencia (para molestia de mi profesor actual, -prometo no volver a despegar los labios- :P), he aprendido que puedes “distorsionar” a quien gustes, es decir, elegir tendenciosamente las citas, ser “creativo” (al estilo contador) con el análisis retórico o sintáctico, con el fin de construir argumentos que apoyen tus ideas. Esto funciona mejor si eres mínimo Maestro en algo o tienes un libro publicado, pero aún sin ser famoso en la vida académica suele dar resultados (si bien modestos).
(El resto del post :P) Con eso de que siempre estoy preguntándome cuál es el punto de mi licenciatura (además de contar con un lindo título que mi madre pueda enmarcar, colgar en su pared y por fin dejarme en paz…) y tenía la pesimista teoría de que era una especie de consumismo selectivo, he añadido un nuevo punto a esta teoría. Supongo que un corpus cada vez más sólido de información es lo que irá construyendo una mejor respuesta a este cuestionamiento.
El punto es el siguiente, el estudio de la literatura, al menos un cierto estudio que favorece la lectura casi aislada de diversas piezas organizadas cronológicamente y enfocada a la identificación de figuras retóricas, estructuras sintácticas y los caprichos del lenguaje de “los genios poéticos individuales” parece tener el objetivo de convertir a los estudiantes en una especie de “lector de código de barras”. Para comprender esta metáfora (uh, estoy usando metáforas, zas… utilizo como medio el fin que busco destruir, –cósmico….-) me permitiré citar un fragmento de El Grado Cero de la Escritura de Roland Barthes:
[Hablando de la escritura burguesa y socialista de Garaudy, donde] “nada se da sin metáfora ya que es necesario señalar pesadamente al lector que “está bien escrito” (es decir que consume Literatura). Estas metáforas que captan el más ínfimo verbo (…) son solamente una marca literaria que sitúa un lenguaje como una etiqueta informa sobre un precio. “
Bien es cierto que Barthes previamente asegura que este tipo de Literatura no es la Literatura contemporánea o si quiera la “moderna”, sino que desde mediados del siglo XIX la escritura ha cambiado demasiado como para juzgarse por ese estándar. Lo curioso es que, si bien, la Literatura ya no se produce teniendo este afán “unificador” en mente, quizá no hay que pasar por alto que la Literatura puede estarse estudiando y por tanto consumiendo (porque diría Hobshbawn “los consumidores de Literatura no son sino los estudiantes y académicos”) de esta forma.
Lo que parece que estoy tratando de decir es que el hecho de que estudie Literatura de la forma en la que lo hacemos, aprendiendo a echarme a los hombros todos los cadáveres de las humanidades, identificando cosas por aquí y por allá creyendo que así puedo”hablar de tal o cual” sin “hablar de mí”, es decir, creyendo que por fin logro cumplir el sueño de la “objetividad”, (cuando creí que ya nos habíamos resignado a la “conciencia infeliz” –y eso que a mí no termina de agradarme Hegel-, pero supongo que todos, menos los humanistas, han comprendido lo que significa) quizá no me convierta sino en una “consumidora informada de Literatura”.
Entre tantas locuras que he tenido la desfortuna de escuchar decir a los profesores (uso el término con demasiada liberalidad porque dudo que presentarse en un salón de clases a decir cualquier cosa cuente cómo “impartir clase”, pero bueno…) hay una que ocupa un lugar especial en mi mente. Tal vez porque muchas cosas del mundo me la recuerdan a cada rato o de plano porque es un excelente y triste ejemplo de cómo “una verdad” puede resultar esclarecedora y profunda por una razón completamente distinta de la que se pensaría… Supongo que es una forma de ironía…(Increíble, que estando en la universidad, todavía dude de si algo es irónico o no, bueno, es como para darse un tiro, pero también ejemplifica la terrible obsesión con los conceptos y con usarlos fidedignamente…)
Pasemos a la locura: esta profesora estaba plenamente convencida de que la publicidad estaba destinada “a los adolescentes” y nótese mi uso de las comillas en un intento desesperado por recalcar que también estamos obsesionados con la “juventud” (cualquier cosa que eso pueda significar, porque seguro también incluye a la parte “joven” que nunca muere en cada uno de nosotros y que está identificada con cuanta decisión absurda, deseo inexplicable, y ganas incontrolables de comprar que habitan el corazón de todos, hasta los más viejos). No voy a anotar lo conveniente que resulta ser capaces de cargar a un grupo con actitudes negativas para así ya no tener que cargarlas nosotros, sólo diré que la creencia de la profesora me resultó curiosa por dos razones: la primera, por la facilidad con la que fue aceptada por todos mis compañeros (aunque eso no tendría que sorprenderme tanto…) y, en segundo lugar, porque con esa frase, ella se demostraba inmune a la publicidad y sobretodo, muy brillante por haberse dado cuenta de la trampa de la sociedad consumista.
Si es verdad o no, no tengo ni idea, que los jóvenes sean (seamos) una masa de imbéciles crédulos, no tendría porque ser improbable, pero injusto sí que sería generalizar… Lo más chocante es que la sociedad parece esforzarse por reforzar esta idea, tanto y con tanto ahínco que parece que es el hecho el que existía antes que la idea y ya no se puede saber si la creencia es un lavado de cerebro o sólo una descripción.
En todas partes se anuncian productos, ideas, formas de vida, sitios, opiniones “de jóvenes y para jóvenes…” Cultura juvenil, ja, ¿más ácida, más crítica, más inteligente que la cultura aceptada? Zas… Noticias nada nuevas: la “cultura juvenil” es sólo una forma de cultura aceptada, rebelión regulada, una forma de simplificación más, de agrupamiento, sólo porque tener las cosas controladas es recomendable, sobretodo en un mundo tan grande… Cultura juvenil, ja, una etiqueta más para facilitar el consumo y la venta, para que sepas cómo ser y qué hacer… Al final, no es que rechaces algo, simplemente aceptas lo que los demás tratan de negar…Los que verdaderamente critican, rechazan, y están fuera… bueno, esos no los vemos, porque mmm… pues están fuera… Demasiado obvio…. :P