Monday, 23 February 2009

Allegro Non Troppo



Su corazón no tenía más que ventrículos
de diverso tamaño y sangre oxígenada,
arterias oxidadas, venas dolorosas
desde las cuales colgaban en sucesión
sesenta adornos de oro caprichosos,
unas cuantas frutas secas, crucifixiones,
santos, entre arpegios y florituras
(más adornos y cruci-ficciones),
maravillosos cuerpos femeninos desnudos
de curvas delirantes, absurdas,
que aún no valían para mucho, virtudes
rítmicas y musicales, entonaciones
de aves muertas, que admiraban los profanos
y sobre las que se escribían tratados.
Tenía además varias capas de sonrisas
arteras, como un carcaj fácilmente alcanzado,
grabado con algunas historias que desconocía,
así como yo no alcanzaba a conocer la verdad
de sus sentimientos: sus ideas que revoloteaban
como entre las flores veraniegas, otoñales
moribundas, más hermosas que el pasado
desidioso que se empeñaba en perderme
en sus ilusiones de cuentos; baladas
para dispararte con sus miradas.
Y cuando se sentaba cerca de mí me iluminaba,
cuando se alejaba un poco seguía su mirada
sobre mi decepción, declinándose en preguntas
como si realmente tuviera algo más que decir.
Sólo eso tenía su corazón,
todo bien temperado.

Le latía con firmeza, decidido y altivo
con un sonido brillante, alto, desconcertante,
mientras el mío temblaba y silbaba
desolado, vibrando novenas obsoletas,
pensamientos atropellados que se estrangulaban
como si no tuvieran más aire que el de alguna
otra línea de sílabas cortas.

Pero de pronto en su corazón no había espacio
más que para las lágrimas
y comencé a pensar que en su corazón
no había más espacio que para el amor,
en su corazón no había más espacio,
había sólo amor por mí.

Terminamos por derrumbarlo
con el crujido apocalíptico del juicio final.
Nunca me miró de nuevo
y se sentaba siempre lejos.

Soy un profano malentonando una canción
de una época pasada y bella,
donde el amarillo de las piedras
se confundía con las flores, esmeraldas nuevas,
donde todos podían mirar, (excepto yo)
que su corazón hablaba con sus manos,
escuchando mis ruegos y desdeñándolos
hasta que la lluvia de febrero estuvo inyectando
a la realidad con los miedos de siempre.

Monday, 16 February 2009

Is The End Making New The Start?

Más de una vez he mencionado esa idea, creo que ya llegó a ser una especie de obsesión, no sé si realmente positiva o simplemente necesaria. Recuerdo que una vez la murmuré al oído de alguien muy importante para mí cuando nos despedimos por última vez (aunque creo que no me entendió).


Ahora que estoy en esta especie de "fase de transición", además de la incertidumbre también tengo que enfrentarme al resto de pequeños obstáculos que están siempre presentes... Me vino a la mente justo el día previo a mi entrada a cierto curso en cierto periódico y mi desconfianza. (Creo que esa fue la primera vez que noté que había perdido la seguridad en mí, que mi ingenuidad ya no existía y que cada nuevo inicio o cada vez que debo ir a cierto lugar temo que mi mente se escapará de mí como esa primera noche que pase en cierto lugar, cuando no pude dormir...)

No es que haya demasiado confianza en este texto, pero me parece que no hay otra cosa que pueda decirse para combatir la incertidumbre...







EL CÍRCULO DE LA TRAGEDIA




"The end is making new the start"

Alex Reed



¿Oprime el terror tu corazón

todavía de niño

encerrado en un rostro jovial,

casi optimista?

Oh, no temas ni un segundo más.

No temas.


Lo que verás mañana,

lo que hoy imaginas,

aquello que ahora congela

la corriente líquida en los caminos de tu cuerpo,

no es más que una experiencia...

Esta sensación medio siniestra

no es más que un pánico infantil

ante la aún más siniestra realidad.


¿Temes a la experiencia?

¿Temes al hecho que te dejará

una marca en la memoria?

Oh, no temas ni un segundo más.

No temas


Porque si tu corazón sale roto

de este nuevo suceso que se avecina,

si tu espíritu surge destrozado

de entre los restos que deje

tu cuerpo luego de la masacre

que la verdad perpetrará sobre ti,

todavía podrás recoger los pedacitos

que llorarán regados en el piso.

Y entonces te darás cuenta

que, en realidad, no has cambiado tanto.

"Esta amargura de hoy se incubaba

desde hace años en la energía del viento

que me rodeaba", dirás.


La fuerza de una nueva experiencia

juntará una vez más los trozos

desvaídos y agónicamente palpitantes

de tu hasta hace dos segundos, ingenuo corazón.

Y la ilusión de una nueva sensación

que llegará a tus huesos

animará a tu espíritu destrozado,

y lo hará caminar de nuevo.


Cuando mañana regreses meciendo

tu húmedo rostro en tus lívidas manos,

piensa sólo que saliste casi ileso...

¿Ileso? ¿Ileso?

¡Claro! ¡Claro!

Quizás hayas perdido la paciencia del corazón,

la ilusión del alma, la esperanza del principio,

la energía para seguir, la confianza en tus manos.

Pero ah...


Ya veo a la nueva experiencia

marchando hacia ti,

y despojada de sus ropas,

viene a mostrarse ante ti, desnuda,

sin mentiras, sólo con ambiciones

(tal vez no del todo razonables),

viene a mostrarse ante ti, sincera,

tal y como la pasada experiencia llegó...

Viene a inyectar de energías

a tu espíritu que se duele, abandonado;

sabiendo que ella también te dejará

derrotado como la anterior expectativa.


Pero la experiencia nunca miente,

escucha sus ilusiones y escúchalas bien,

porque desde mañana serán las tuyas...

Desde mañana esas esperanzas te guiarán

y te darán la nueva confianza

que dentro de dos días te quitarán.

Pero la experiencia nunca miente.


No, no, no temas ni un segundo más.

No temas.

Thursday, 12 February 2009

Afrontando lo inevitable

En más de una ocasión he tenido la oportunidad de escuchar a mis amigos quejarse acerca de su disgusto por permanecer en un determinado sitio. Sin embargo, no siempre tengo la fortuna de escuchar que saben exactamente qué características debería tener un lugar para hacerlos felices. Pienso que yo también he caído en esa trampa mental, y me pregunto, por qué entonces nadie se decide a ir/regresar/llegar al sitio donde sabe que debe estar. Eso suponiendo, por supuesto, que sea posible alcanzarlo. No debería esperarse que ciertas personas, lugares, situaciones, nos dieran cosas que simplemente no pueden darnos. En este caso mi queja de "no me gusta vivir en la ciudad porque el clima es insoportable" no es válida. Jamás se ha visto que la ciudad de México tenga un clima muy frío, ¿por qué diablos le exijo una vida agreste con vientos glaciales? Más bien, debería moverme a la tundra y dejar de quejarme.

Por otra parte, analizando las cosas un poco más, pienso que en muchas ocasiones el aburrimiento, la impotencia y la decepción terminan por desgastar nuestros buenos ánimos. Hemos estado durante tanto tiempo acostumbrados a las cosas que sabemos son capaces de darnos paz, equilibrio y armonía, que el hecho de que el mundo parezca tratar de negárnoslas nos parece inaceptable. En mi caso, me encuentro en esta coyuntura y debo decir que no sé muy bien cómo debo afrontarla. Lo que me había gustado durante varios años (casi una década), lo que había constituido la base de mi vida, el ambiente en donde sentía comodidad y placer, lo que trataba de entender, a lo que trataba de entregarme y hacer mío, en una palabra, lo que amaba (o lo "único que alguna vez habría podido tratar de amar" para utilizar la retórica depresiva de años pasados), ha perdido mucho de su brillo.

Claro que esta devaluación no sucedió de un día a otro. Soy incapaz de identificar el momento en el cual las cosas comenzar a no funcionar, pero supongo que el cisma no se hizo tan profundo hasta hace unos tres años. Al principio, la rabia (contra la gente, el sistema, los problemas que me habían hecho odiarlo) amenazaba con invadirme. Después, llegó la desolación. Si mi comunión con la naturaleza/apreciación del arte/viaje mental/búsqueda constante/etc. ya no me daba la plenitud que me otorgaba antes, ¿qué me lo daría ahora? Sentí una mezcla de tristeza, miedo, disgusto, aburrimiento, pesimismo. No obstante, a la par de ese desencanto la vida seguía (porque la vida jamás espera), e hice muchas otras cosas (algunas seguramente como una franca e inconsciente lucha contra esta situación, otras simplemente distintas) de las cuales aprendí frustraciones y superé traumas pasados.

La realización completa se dio hasta hace poco. Miré con ojo crítico (sincero, honesto) y me di cuenta que era verdad, mi vida ha cambiado. Ya no estoy en los mismos sitios, ni tengo las mismas actividades, es más, ya ni siquiera convivo con las mismas personas... Por mucho que esa vida que ya no vivo me deleite, el caso es que ya no existe (quiero decir, en general, obvio es que el cambio no fue al 100% porque ¡diablos! yo sigo aquí, ¿qué no?). Algo complicado de aceptar, algo contra lo que es difícil lidiar. Quizá sea tiempo de encontrar algo nuevo qué amar, conocer más que esos placeres con los que mi zona de confort se ocupaba en tranquilizarme y darme gusto. ¿No sería que en mi continua melancolía y mis "recuerdos agradables" estaba negándome a la posibilidad de explorar otra parte de mí, del mundo?

A veces parece que no me conozco, porque no sé muy bien qué hacer para mejorar mi estado de ánimo. (Será que sólo se me ocurre una lista de cosas que solía hacer, personas con quienes solía estar, lugares que solía disfrutar, y bien sé que o ya no consiguen el truco de encantarme o no son susceptibles de repetirse.)

Esta nueva oportunidad es impuesta (que fácil sería para mí simplemente regresar a lo que me hace sentirme bien, pero eso es imposible, ya no existe, se ha desgastado y desmoronado, ya no es más que un recuerdo que me ata a lo irrecuperable, ante lo cual, ni la nostalgia vale la pena), pero habrá que sacar lo mejor de ella. Temo sobretodo el hecho de saber que la frustración terminará por dominarme y que tendré que solazarme con el sueño durante horas sólo para despertar con algo de la amargura pretérita, pero no hay nada que hacer. Las cosas han cambiado, yo también, y la vida me ha llevado (puesto y traído) a situaciones que jamás creí ver, disfrutar y mucho menos aprender de ellas. Mi tolerancia a la incertidumbre es como siempre mínima, pero mi capacidad de asombro es como siempre (y para mi beneficio) infinita.

Tuesday, 10 February 2009

Delirium of Reason

"Cathedral", David LaChapelle



Fui al Antiguo Colegio de San Idefonso a visitar la exposición Delirium of Reason del fotógrafo David LaChapelle. En realidad iba sin muchas expectativas, ya que no había escuchado comentarios acerca de ella, y a decir verdad, tampoco conocía nada acerca de la obra del artista. Al entrar y después de indicarle a un par de turistas (al parecer) franceses dónde estaba la entrada, me encontré con diferentes salas en donde las fotografías habían combinado de una forma irreverente y desafiante la "belleza" de la cultura pop junto con una cierta artística y fría denuncia hacia su superficialidad.

En las piezas que forman la exposición no sólo se combinan íconos de la modernidad con piezas manieristas y renacentistas, sino que se añaden fuertes connotaciones religiosas cristianas que imprimen una fuerza condenatoria a las imagenes. No diré más porque no pienso "describir" lo que vi, al parecer eso hablaría de mis cortas miras y es suficiente con cometer ese pecado en la escuela :-), así que sólo compartiré las dos preguntas que nacieron en mí luego de una sencilla meditación acerca de las fotografías expuestas:

1. Supongamos que la salvación a la que aspiramos ya no existiera, ¿cómo saberlo de cierto, cómo saber si sólo es una esperanza a la que necesitamos ciegamente aferrarnos?



2. Supongamos que la salvación sí existe, ¿qué sucedería si la tuvieramos frente a nosotros pero todo lo que somos, todo lo que hemos creado (sociedad, valores, moderno y recomendable "esceptismo informado", etc.) nos impidiera ver esos medios de salvación, entenderlos, seguirlos...?



Alta costura en medio de la destrucción, alimento para la perversión junto a muy poca hambre y ardiente apetito, fuego que todo consume excepto las dudas reales, del cielo al infierno...



(Bueno, pensándolo bien, no sé porqué estoy escribiendo todo esto... Creo que ya estoy desvariando, probablemente no haya nada de eso en las imágenes... pero... es fantástico eso de que el conocimiento crea más conocimiento y el arte más delirios....)

Sunday, 8 February 2009

Pugnas Irreconciliables

Estaba de mal humor, en general. No tiene caso que trate de explicar porqué, puesto que es bien sabido que no soy especialmente feliz en la escuela. Tal vez sería mejor que me saltara todos esos traumas y fuera sólo al punto en el cual ese odio y repulsión me permitieron crear algo.

Estaba hablando con un amigo acerca de la "meritocracia" que domina la mayor parte de los puestos y administración de la universidad... y entonces me puse a pensar que no en todas las áreas sucede así... Comencé a preguntarme porqué (sólo como ejercicio intelectual, no es que esté esperando que de repente se me ocurra la idea brillante que resuelva las dudas) Me parece que el problema es que nadie tiene muy claro qué es lo que la educación superior busca formar, por lo tanto nadie sabe con certeza qué características y conocimientos debería reunir un profesional de la mayor parte de las carreras... Al día siguiente tuve la fortuna de leer el Preface to the Lyrical Ballads de Wordsworth y vine a descubrir que él tenía una idea extraña acerca de la futura (recomendable e inevitable) unión de las ciencias y la poesía. En definitiva, que el conocimiento de toda la humanidad tendría que estar al alcance de todos y que el arte literario le prestaría voz y energía... Es obvio que eso no ha sucedido y de hecho, dudo que alguna vez suceda....

El poema se encuentra más o menos inacabado (pues la teoría todavía no termina de redondearse en mi mente)

SOBRE LA SEPARACIÓN DE CIENCIA, ARTE Y VIDA
O PORQUÉ LA SENSIBILIDAD NO PUEDE INYECTARSE EN LA REALIDAD


¿Por qué, por qué has puesto
las voces de mis cantos,
la ebullición de las mareas,
la vida entera y la verdadera
lejos de mi entendimiento?
Los profetas de otros tiempos
habían visto, prometido
como una unión perfecta
la transfiguración de la realidad
en un equilibrio sincero,
en el total conocimiento, en el placer
de saberlo nuestro y no sólo usarlo,
sino vivirlo y crearlo.

Pero nada hay de eso.
Los descubrimientos y su asombro
son remotos, la belleza es intangible,
a quien se afana en conocerlos
se le niega la llave
de su eternidad.
Nadie confía en la adaptación
de mis palabras e intereses,
y mi búsqueda también
se vuelve cínica amargura
y una rebelión absurda
ante quien, podría,
si lo intentara, darme, darnos
la comprensión, la introspección,
y no dejar más que secretos
los que aún no deban revelarse.

"Natural"
nada es arte.
Los artistas profanaron la palabra,
y los sabios han dejado de usarla.
En los sueños,
las visiones del pasado
son un monumento post-moderno
impretencioso sin reglas,
que excita la imaginación
y pone a examen la razón.
La lógica no funciona ya,
mas si no deja
dilemas sin salida.
****Por cierto, gracias a Óscar por ayudarme a desarrollar las ideas y por la palabra "natural":-D
(Y sí, inventé una palabra…)

Sorry, my darling, it had to be done

I'm not gonna say anything such as "I thought we were friends" or anything, because it would sound foolish, and well... I always believed we were friends but I always knew we were not (you all know.. that strange empistemologic thing of believing/knowing) so... I just mean I knew this had to be done because I couldn't keep living like this, with doubts about myself and such... What I really want to say it's that, it's true.... I've been feeling so strange these last days... I think I'm kinda afraid... because I know we are never going to meet again and well I know I was really in love and I was for a long long time, in spite of many problems (such as disappearence, distance, time, cruelty) but now... It turned out to be obvious everything is lost, maybe there wasn't anything at all, and maybe this is going to be the last thing (in verse) I'm ever going to write about this topic...



Desconozco tus pensamientos, tus ideas,
nada de lo que puedas decirme
me dejará entrevar qué de real hay en ti;
pero aún no he perdido tanto la cabeza
como para saber que el peligro
de mi fracaso y perdición
rondan mi lecho disfrazados de saludos
tuyos, que comienzan a desequilibrar
todas mis pasadas decisiones, frías,
razonables. Acciones que nadie juzgará jamás
y que por ello me han regalado un poco
de tranquilidad espiritual.

No pienses que mi alejamiento,
mi soledad autoimpuesta o mi cinismo
son parte de una purificación.
No hay nada en ellos
más que trozos de incertidumbre y odio.
Con mi último aliento de cordura
fui capaz de dejar que mi tranquilidad
dejara de sofocar a mis instintos,
que sólo hoy tratan de salvarme...

Cuando las aves van emigrando,
dejando que las luchas polisémicas
se pierdan en la bruma del tiempo,
la amargura de la crueldad de un amante
se paladea tan dulce como una mirada
de candor e inocencia herida,
porque al saber que ha dedicado un instante
para despegar su mirada de la luna llena
o de un gato satisfecho y amado,
abandonando toda su atención en desdeñarnos,
nada es más refrescante o embriagador.



Así es mi última palabra siempre,
como la promesa de que hay algo más
por decir que jamás será pronunciado,
y tal vez para mayor explicación
debí terminar el mensaje: "sorry,
my darling, it had to be done".