Por naturaleza solemos preocuparnos más del futuro que del pasado, aunque no queda muy claro el porqué. Tal vez porque concordamos en que al pasado no lo podemos cambiar (ya pasó), pero, ¿es verdad que tenemos toda la libertad para construir el futuro que queramos? ¿Qué tal si el futuro está tan predeterminado como el pasado pero nuestra ignorancia de él nos salva del peso de esta verdad?
Por otro lado, si se me informara que mañana habrá un cataclismo que destruirá la vida en la Tierra seguro pensaría "diablos, ¿por qué no puedo vivir 20 años más? Hay tanto que aún quisiera hacer..." Ésa sería una respuesta lógica porque todo el mundo está de acuerdo en que “vivir más” es una muestra del “instinto natural de supervivencia”. Otro tipo de respuesta, igual de lógica pero inaceptable sería "diablos, ¿por qué no nací 20 años antes? Así hubiera podido disfrutar de 43 años de vida en lugar de sólo 23" (Algo conocido en Filosofía como el Argumento de Lucrecio, por ser este filósofo latino quien primero lo propuso.) Sería inaceptable porque es opinión común que nadie se "preocupa por el pasado", pero, ¿por qué? Es decir, matemáticamente da lo mismo, ¿no?
Los seres humanos no somos tan lógicos como nos gustaría pensar, aunque tengamos miles de herramientas lógicas que nos los permitirían. Una analogía ilustrará la importancia del futuro y la poca importancia del pasado.
Si tuvieras que someterte a una dolorosísima cirugía sin la cual tu vida estaría en riesgo, sin duda aceptarías. Una temporada de dolor no se compara con la perspectiva de tener un final prematuro. Ahora, si el médico te informara que sería dolorosísimo y que tienes que estar consciente durante la operación, pero que por suerte el procedimiento quirúrgico incluye un estado de amnesia posterior gracias al cual después de terminada la cirugía no recordarás lo que sucedió, la situación sería aún mejor. Imagínenos que despiertas en el hospital a la mitad de la noche y no sabes si ya te hicieron la operación o no. Le preguntas a la enfermera y ella te responde que hay dos grupos de pacientes, unos a quienes ya les hicieron la operación y otros, quienes serán sometidos a la operación hasta la mañana siguiente. Te dice que irá a preguntar si tú eres de los primeros o de los segundos. ¿En qué grupo te gustaría estar?
a) En los que ya tuvieron la operación, porque así ya no te espera ningún dolor. Ya todo pasó y lo mejor es que, gracias a la amnesia no recuerdas nada de la traumática experiencia.
b) En los que aún no tuvieron la operación, porque al fin y al cabo ¿qué importa? Vas a sufrir horas de intenso dolor y de todas formas, gracias a la amnesia no recordarás nada de lo sucedido.
La mayoría de las personas (me incluyo) escogeríamos la primera opción. Por supuesto que, all things being equal, desapasionadamente, da igual si la operación fue ayer, es hoy o será mañana, pero en nuestra escala de valores y para nuestra paz espiritual, es mejor que el dolor esté en el pasado. Por mucho que el futuro sea incierto, al menos en esa incertidumbre está la posibilidad de que no haya tanto dolor...
P.S. Sigo enferma, por desgracia. Poco más de una semana, pero ya no lo soporto… :-( Brrr… Sinceramente espero que el dolor esté en el pasado y que en adelante las cosas ya sólo cambien para mejor ;-)
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