Entre tantas locuras que he tenido la desfortuna de escuchar decir a los profesores (uso el término con demasiada liberalidad porque dudo que presentarse en un salón de clases a decir cualquier cosa cuente cómo “impartir clase”, pero bueno…) hay una que ocupa un lugar especial en mi mente. Tal vez porque muchas cosas del mundo me la recuerdan a cada rato o de plano porque es un excelente y triste ejemplo de cómo “una verdad” puede resultar esclarecedora y profunda por una razón completamente distinta de la que se pensaría… Supongo que es una forma de ironía…(Increíble, que estando en la universidad, todavía dude de si algo es irónico o no, bueno, es como para darse un tiro, pero también ejemplifica la terrible obsesión con los conceptos y con usarlos fidedignamente…)
Pasemos a la locura: esta profesora estaba plenamente convencida de que la publicidad estaba destinada “a los adolescentes” y nótese mi uso de las comillas en un intento desesperado por recalcar que también estamos obsesionados con la “juventud” (cualquier cosa que eso pueda significar, porque seguro también incluye a la parte “joven” que nunca muere en cada uno de nosotros y que está identificada con cuanta decisión absurda, deseo inexplicable, y ganas incontrolables de comprar que habitan el corazón de todos, hasta los más viejos). No voy a anotar lo conveniente que resulta ser capaces de cargar a un grupo con actitudes negativas para así ya no tener que cargarlas nosotros, sólo diré que la creencia de la profesora me resultó curiosa por dos razones: la primera, por la facilidad con la que fue aceptada por todos mis compañeros (aunque eso no tendría que sorprenderme tanto…) y, en segundo lugar, porque con esa frase, ella se demostraba inmune a la publicidad y sobretodo, muy brillante por haberse dado cuenta de la trampa de la sociedad consumista.
Si es verdad o no, no tengo ni idea, que los jóvenes sean (seamos) una masa de imbéciles crédulos, no tendría porque ser improbable, pero injusto sí que sería generalizar… Lo más chocante es que la sociedad parece esforzarse por reforzar esta idea, tanto y con tanto ahínco que parece que es el hecho el que existía antes que la idea y ya no se puede saber si la creencia es un lavado de cerebro o sólo una descripción.
En todas partes se anuncian productos, ideas, formas de vida, sitios, opiniones “de jóvenes y para jóvenes…” Cultura juvenil, ja, ¿más ácida, más crítica, más inteligente que la cultura aceptada? Zas… Noticias nada nuevas: la “cultura juvenil” es sólo una forma de cultura aceptada, rebelión regulada, una forma de simplificación más, de agrupamiento, sólo porque tener las cosas controladas es recomendable, sobretodo en un mundo tan grande… Cultura juvenil, ja, una etiqueta más para facilitar el consumo y la venta, para que sepas cómo ser y qué hacer… Al final, no es que rechaces algo, simplemente aceptas lo que los demás tratan de negar…Los que verdaderamente critican, rechazan, y están fuera… bueno, esos no los vemos, porque mmm… pues están fuera… Demasiado obvio…. :P
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