Hay quien dice que nada más “una revolución como la de Francia” nos salva, nos mejora o ya de plano, al menos cambia algo. Yo no lo sé. Será porque la Revolución Francesa también se desvirtúo menos de cinco años después de iniciada y no legó más que un imperio de pesadilla y un montón de ideales brillantes que no pueden volverse realidad. Será que en realidad Frye tiene razón y el error no es tener utopías revolucionarias que le darán felicidad, paz y orden a la sociedad, el error es creer que esas revoluciones puedan llevarse a cabo con los resultados deseados. ¿Sería posible que una revolución se diera y tuviera éxito? ¿Podrían los grupos activistas ponerse de acuerdo? ¿Encontraríamos un edificio que destruir para demostrar que nada nos ata al viejo régimen? ¿Quién se atreve a la violencia, a no permitir que nadie le cierre el paso? ¿Nos encontramos con que los ciudadanos de clase media arriesgan todo por un ideal? ¿Y los soldados rasos renuncian a su servicio médico para luchar por la justicia? ¿Alguien que no esté ebrio de poder que nos dirija….? Porque claro, líder de seguro necesitamos…, etc…
Lo peor, la duda. Antes no cabía duda sobre quién era el enemigo (lo cual no significa que se supiera quién era, pero no quedaba duda de contra quién se luchaba): la nobleza, el clero, la burguesía demasiado acomodada, los traidores a la patria, los oportunistas especuladores, todos aquellos que tenían intereses personales. Pero ahora, ¿quién es el enemigo? ¿La clase política? No todos los ciudadanos están completamente persuadidos de que todos los personajes políticos sean malos y tal vez no lo sean (¿quién sabe?) ¿Quién sabe algo de cierto? Ya liberados del yugo de la ignorancia todavía no sabemos cómo reaccionar bajo el yugo de la incertidumbre. Todos aseguran tener la verdad y todos llevan agua a su molino. Antes los movimientos eran de todo un país, la sed de justicia representaba a toda una nación, ahora sólo a un sindicato, a un grupo de trabajadores, a un estado, a un extremo del espectro político. Conseguir adeptos, organizar algo se vuelve imposible.
Será que todo es retórica, un nombre, un grupo, un movimiento, una esperanza que se difumina y se reinventa periódicamente, que nunca va a ningún sitio y que sin embargo, tampoco está en ninguna parte. Cualquier hecho puede ser cuestionado, refutado, debatido, y tantos le creerán a la verdad y tantos a la mentira, pero nadie sabrá a quién le cree, sólo es tratar de pensar que tú tienes algo entre las manos, algo más valioso que la ignorancia que tratas de esconder, la que descubres en los ojos de todos los demás, de la que tanto tratas de huir con información, sin saber que tú también ya estás contaminado…
Doomed from the start????
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