Wednesday, 21 October 2009

Confianza…

Lo terrible de confiar en alguien no es que la persona en cuestión defraude tu confianza aprovechándose de ella con toda la alevosía y malicia que pueda encontrar… Aún cuando la situación es diferente y ese alguien defrauda tus expectativas casi sin querer, la consecuente tristeza-resignación tampoco podría considerarse como “lo peor” del asunto… Ni siquiera la posibilidad de que esa persona pueda volver a decepcionarte en nuevas formas es lo que más preocupa o inquieta en estos casos…

Todas esas consideraciones están presentes, pero lo más terrible es sentirse como imbécil por haber confiado en ese alguien en primer lugar… Algo así como cuando los activistas sociales acusan a “la ultraderecha”, “el gobierno”, o cualquier otro monstruo institucional más o menos definido de un montón de atrocidades, que son aún más atroces por el hecho de que si no las crees o no se te habían ocurrido, esa ingenuidad tuya te hace acreedor al letrero de idiota o a lo menos de “desinformado”. (Y hay que añadir que actualmente en “la era de la información”, ese último adjetivo y el que lo precede se refieren a cosas muy parecidas…)

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