Bueno, me siento como un pequeño ratoncito condicionado cuyo única respuesta a cualquier estímulo es el casi-miedo y la parálisis. Aunque aún no sé si mi parálisis interna sea una decisión propia o sólo un reflejo de la externa que domina el universo (en sentido figurado). Mi experiencia de vida es una parodia sublime.
A excepción de los que nos condenan
todos estamos condenados,
e incluso ellos, que forman un ente
separado de nuestra realidad
separado de nuestra realidad
sufren una verdad propia
que los aprisiona en el futuro
y en su próximo final.
Quién sabe si los que dicen desenmascarar a los mentirosos digan la verdad, al menos responden (esperamos) a distintos intereses, pero, ¿qué fin será ése, cuyo medio es contar una versión diferente de la realidad? No deja de ser más o menos escalofriante, tanto, que fácilmente excita la curiosidad.
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