Friday 7 August 2009

Flyleaves

Acabo de descubrir o mejor dicho, acabo de aceptar que tengo ciertas fijaciones extrañas... Y no extrañas por ser raras sino por ser engañosamente simples... Por ejemplo, apenas hoy por la mañana me di cuenta que me encantan los libros con muchas guardas. En realidad desconozco la razón por la cual algunos libros tienen hojas sueltas antes de la contraportada y tampoco sé porqué algunas publicaciones no tienen más que una o ninguna. (Tal vez debería tratar de investigar al respecto...)

Quizá me gustan las guardas porque me hacen pensar en que esas hojas están esperando ser llenadas con las ideas propias del lector acerca del libro o también sobre temas aleatorios pero de alguna forma despertadas o provocadas por la lectura de algún texto en particular... Y a decir verdad, en estos momentos tengo tantas ideas absurdas y shockeantes que fácilmente podría llenar varias guardas en diversos libros... [Hace algunos años tenía la costumbre de escribir cosas por aquí y por allá en mis ejemplares, la mayoría de las veces eran notas relacionadas con mis propios proyectos o emociones cifradas en complejas claves (que ahora ni siquiera yo soy capaz de recordar).]

Creo que pensándolo bien sólo necesitaría anotar dos pensamientos: a) mi crisis de fe y b) mis reacciones frente a los shocks ante algunos de mis amigos.

Respecto a mi crisis de fe, ¿qué puedo decir? Estuvo gestándose durante mucho tiempo, alimentada por mis investigaciones acerca de la historia del cristianismo y mi reciente casi juguetón/curioso interés por el neopaganismo (que aún no ha dejado aprendizajes realmente significativos). El caso es que ahora me parece que todo lo que había creído (tal vez porque era el único cuerpo de creencias que había conocido, el que me habían enseñado -y ni siquiera directamente, sino a causa de influencias sociales o mediáticas-) se desmorona poco a poco y no puede ser sostenido mediante la lógica. Por supuesto que no debería necesitarse la razón para decidir una fe, ya que la "fe" es precisamente la que sostiene las creencias espirituales (como acertadamente puede deducirse de su etimología latina fides-confiar). Sin embargo, comienzo a sospechar que las creencias cristianas en las que "confiaba" no son precisamente más dignas de confianza que algunas otras filosofías o cosmogonías más antiguas o simplemente diversas y el problema es que esas creencias, constituyendo naturalmente mi cultura servían como marco de referencia (arbitrario quizá) para acercarme al resto de las ideas que flotan en el universo. Después de este objetivo desencanto, ¿cómo podría elegir en qué confiar, si todo parece igual de improbable? Tal vez sea sólo mi maldita capacidad de sobre análisis haciendo estragos en mi vida (de nuevo) pero todo se ha puesto tan nebuloso... Antes había ideas que parecían sólo necesitar una limpieza racional para ser despojadas de los dogmas y de los absurdos que nublaban su verdad, y esas ideas realmente sostenían ciertos aspectos de mi pensamiento.... Ahora, nada parece existir de cierto... Sufro una crisis de fe no relacionada con ninguna religión en particular sino con mi propia concepción de la espiritualidad individual… (Por cierto, ¿esa última frase significó algo…?)

El segundo pensamiento que ha estado taladrándome la cabeza y que merece sus propios párrafos en algún libro con guardas blanquísimas es el reconocimiento de que algunas personas en las que confiaba y a quienes consideraba mis amigos más importantes ((mmm… vuelve a aparecer la palabra “confiar”… ¿será que mi problema está enraizado en algo mucho más profundo y general?)) se convierten de repente en personas que no puedo soportar, simplemente porque comienzan a desplegar rasgos indeseables, negativos o francamente inaceptables. El shock viene por no saber en dónde se encuentra la línea entre la lealtad y… ¿qué se yo? El cinismo o la búsqueda de bienestar propio que me haría mandar a todos al diablo. Lo más extraño es que esas actitudes que me alejan resultan ser comportamientos en los que en ocasiones me he descubierto incurriendo, pero que he me esforzado en desterrar de mi personalidad. Así que, tal vez sea un poco de renuencia a la hipocresía lo que me esté molestando también… Acepto que el cambio es la única constante tanto en las personas como en las situaciones, pero aún así…

Ah, y además… eso de mi tratamiento contra el insomnio comienza a ser tanto positivo como negativo (demasiado sueño y poco descanso…)

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