Thursday 27 January 2011

¿La escritura es neutral?

[Notas después de leer The Death of the Author by Roland Barthes. He de decir que no entendí la mitad del texto (jaja.… zut!). Imagine un peu, de haberlo leído en francés, seguro no hubiera entendido el texto completo.    :-P]

"¿Quién habla en cualquier oración dentro de un texto? ¿El protagonista o el narrador? ¿El autor como un individuo de la sociedad? ¿El autor como un autor [es decir, usando las convenciones literarias]? ¿La sabiduría popular/universal [esto sería, la cultura]? Es imposible saberlo. (…)

En la escritura, el "sujeto" [es decir, tanto lo que está siendo dicho o discutido y el individuo que lo dice] están perdidos. La escritura es neutral, la verdadera identidad está perdida, [incluyendo la identidad del texto mismo]. (…)

El darle un autor a un texto es imponerle un límite al texto, cerrar a la escritura. (…) Descubrir al autor es el triunfo de la crítica."

Es verdad que Barthes está escribiendo en un momento de revolución social y por lo tanto en un clima plagado de desconfianza, y supongo que por eso, poco más de treinta años después sus afirmaciones tienen al menos algo de validez. Es verdad que, por mucho que un autor se esfuerce por darle "identidad" a su texto y por "vender" ésta a sus lectores, en realidad entre el autor y el texto se pierden muchas cosas (información, datos, intención, claridad) y entre el texto y los lectores también. Sólo hay que pensar entonces cuánto se ha perdido y distorsionado entre el autor y los lectores... Me parece que ésa es la razón por la cual la Literatura puede estudiarse, porque no estás tratando de saber qué quiso decir el autor, sino qué es lo que se dice en el texto. Curioso, tampoco pareces estar tratando de saber qué es lo que dice el texto, tal vez porque no quieres dotarlo de conciencia ni volición, pero en ese supuesto le quitas su identidad, esto es, todo lo que el autor pudo haber impregnado en el texto mismo.

Supongo también que este "cuestionamiento de la autoridad" es lo que lleva a inferir que hay al menos una forma de comprender el mundo  en donde la conciencia no implica intención. Existen límites per se, influencias externas, "ruido blanco" diríamos, que parecen controlar hasta cierto punto a los seres humanos. Bajo esta perspectiva, no tenemos en realidad "libre albedrío" para elegir qué hacer y cómo entender las cosas... Eso es un alivio de cierta manera, pero también puede ser frustrante, porque incluso el lenguaje, a través del cual pretendemos construir y comunicar nuestra visión del mundo es incapaz de ser 100% fiel a lo que expresa. No voy decir, como Nietzsche, que el lenguaje es incapaz de expresar "la Verdad" (porque eso es algo inexacto y posiblemente inexistente así que da igual si no puede ser expresado), pero sí habrá que aceptar que el lenguaje distorsiona la realidad, tan impregnado que está de ideología. Además, lo decodificamos haciendo uso de herramientas sociales, históricas, etc..., es decir, ideológicas, así que también nuestra lectura se encuentra corrompida... Pero en vista de esto, ¿es realmente neutral la escritura? ¿Puede algo ser verdaderamente neutral? Ni siquiera la misma palabra "neutral" lo es...

 

Addendum:

Aunque sé que no es muy buena idea mezclar diferentes posiciones de crítica o teoría literaria y que la realidad está plagada de paradojas en las que dos o más situaciones contradictorias y excluyentes pueden ser verdaderas o al menos válidas al mismo tiempo, convirtiendo los esfuerzos ecuménicos en un vano ejercicio, después de releer mis notas sobre las teorías de Frye me puse a pensar ¿dónde queda, a la luz de los postulados de Barthes, la afirmación de Frye de que en cualquier texto literario confluyen dos discursos: uno interno, entre los elementos del texto mismo y otro externo, del autor al lector?

Si en un texto literario no habla ni el autor ni el protagonista (sino ambos a la vez pero de forma indiscriminable, además de muchas otras voces más) la posibilidad de existencia de estos dos discursos claramente diferenciados se elimina (de forma lógica, aunque estos discursos parezcan seguir ahí). Si el crítico, o en todo caso el lector es quien re-construye el texto durante la lectura, entonces ¿equivaldría esto a decir que es el lector quien sostiene un diálogo consigo mismo y que es a la vez emisor y receptor de este dialogo que tiene como "pretexto" [no como mensaje, tal vez a lo más como una especie de "objeto"] al texto literario?

Hay que decir, no obstante, que hay muchas cosas que un texto "dice" o que "se dicen en él", que  no podrían saberse si no existiera un diálogo (al menos uno) entre el autor y el lector (como por ejemplo, qué forma tiene el texto, a qué género pertenece, quién es el narrador, cuáles son las situaciones que se cuentan y la actitud del autor ante ellas, etc.). Sin embargo, aún habría que preguntarse si el hecho de que sea el lector quien, haciendo uso de su ideología (esto es, creencias, conocimientos, traumas, experiencias previas de lectura, etc.,) decodifica y (re)construye el texto provoca que efectivamente sea él quien sostenga un diálogo consigo mismo y que las cosas que descubra aparentemente "en y sobre el texto" sean en realidad cosas sobre "el lector mismo". (Esta sería una postura demasiado solipsista como para ser aceptada en un área de estudio seria, tal y como el estudio de la Literatura aspira a ser. En lo personal, yo no la acepto y concuerdo con los enunciados de Barthes sólo hasta cierto punto...)

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