Llegué llorando a casa y eso fue divertido, porque estaba lloviendo a cántaros (o como digo yo “a jicarazos”) y no deja de tener su encanto llorar mientras la lluvia te empapa por completo, así ni te das cuenta del llanto. Si no hubiera sido por el dolor de cabeza (que no me ha dejado desde el domingo en la noche, -lo que realmente sí empieza a molestar- hubiese sido un día perfecto. Pero no pienso explicar la razón de la tristeza porque no es necesario inmortalizarla a través de un post (son de esas cosas que no se olvidan), prefiero distraerme con cosas más agradables, buenas noticias, por así decirlo.
Al parecer ahora sí las transferencias se han ido para siempre, o mejor dicho, no se han ido, sino que han quedado superadas. Digo "al parecer" porque ya ha sucedido en otras ocasiones que así parece y a fin de cuentas las cosas resultan distintas. Esta vez, sin embargo, creo que puedo poner casi toda mi confianza en este hecho, ya que sucedió algo que no sólo era improbable sino realmente imposible: mezclar el Orlando Furioso con el alemán, gracias a una pequeña tareíta relacionada con el estudio del Präteritum. (Hay que aceptar que el utilizar algunos términos gramaticales en alemán aún me provoca algo de escalofrío, pero no dudo que eso cambie pronto.) El proceso de escribir el cuentecito fue bastante agradable (e increíble también). Ya lo había capturado para darme cuenta bien de mis errores y dejar la versión corregida por la maestra, pero no lo había posteado, creo que porque se me olvidó, pero más porque no le di mucha importancia. (Esa fue otra buena señal, no darle importancia ya no digamos a la transferencia, sino ni siquiera a superarla. Conmemorando, mi versión (que es bastante reducida y libre, en primer lugar porque ya no recuerdo todo con exactitud, en segundo lugar porque lo importante era el uso del pasado, no tanto la historia -Por cierto, ¿alguien recuerda como es que se sabía en la luna de quién era cada juicio, acaso los frasquitos tenían etiquetas...? Mi mente olvidó ese detalle-):
Es war einmal ein starker Ritter. Er hieβ Orlando. Er war franzose. Damals, waren die europäischen Heer im heiligen Krieg gegen die Moslime. Der Führer von dem französischen Heer war der König Carlomagno. Er hatte zwölf Paaren. Sie waren die stärksten Männer von dem Königreich. Orlando war verliebt in ein junges und schönes moslemisches Mädchen. Es hieβ Angelica. Aber Angelica libte Orlando nicho, weil er cristlich war.
Eines Tages, war Orlando in dem Lager von dem feindlichen Heer. Er hörte zu, dass Angelica einen anderen Mann hatte. Orlando war sehr traurig und böse. Obwohol der franzose Heer viele Schlachte verlor, verlieβ Orlando den Krieg. Er verlor den Verstand. Er zog seine Rüstung aus und ging im Ward zum wohnen.
Orlando wollte es nicht glauben, aber es war wahr. Angelic lernet einen armen moslimischen soldat kennen. Er hieβ Medoro. Angelica fand ihm verletzte und sie passte auf ihn auf, bis er wieder gesund war. Sie waren sich verliebte und wohnten im Wald.
Währenddessen, kam Orlandos Vetter in den franzose Heer. Er hieβ Astolfo. Als er hörte, dass Orlando verrückt war, entschied er nach ihm zu suchen. Astolfo fand den Eligen Meter auf seinem Weg. Er sagte Astolfo, dass Orlandos Verstand auf dem Mond war. Er erklärte auch, dass jemand zu dem Mond gehen mustte, und den Verstand mitbringen. Astolfo bat den Heiligen Peter ihm zu führen.
Auf dem Mon, sah Astolfo viele komische Sachen. Da war alles, dass die Leute verloren. In einem gröβen Regal, Astolfo sah viele Fläschchen. Mache waren leer und anderen waren voll. Astolfo nahm ein Fläschchen und zu Orlando brachte es. Als Orlando seinem Verstand zurückbekam, kam er mit senem Vetter in dem Heer zurück.
Orlando half den Christin den Krieg zu gewinnen. Als er nach Frankreich ging, heiratete eine schöne und reiche Prinzessin.
Al parecer ahora sí las transferencias se han ido para siempre, o mejor dicho, no se han ido, sino que han quedado superadas. Digo "al parecer" porque ya ha sucedido en otras ocasiones que así parece y a fin de cuentas las cosas resultan distintas. Esta vez, sin embargo, creo que puedo poner casi toda mi confianza en este hecho, ya que sucedió algo que no sólo era improbable sino realmente imposible: mezclar el Orlando Furioso con el alemán, gracias a una pequeña tareíta relacionada con el estudio del Präteritum. (Hay que aceptar que el utilizar algunos términos gramaticales en alemán aún me provoca algo de escalofrío, pero no dudo que eso cambie pronto.) El proceso de escribir el cuentecito fue bastante agradable (e increíble también). Ya lo había capturado para darme cuenta bien de mis errores y dejar la versión corregida por la maestra, pero no lo había posteado, creo que porque se me olvidó, pero más porque no le di mucha importancia. (Esa fue otra buena señal, no darle importancia ya no digamos a la transferencia, sino ni siquiera a superarla. Conmemorando, mi versión (que es bastante reducida y libre, en primer lugar porque ya no recuerdo todo con exactitud, en segundo lugar porque lo importante era el uso del pasado, no tanto la historia -Por cierto, ¿alguien recuerda como es que se sabía en la luna de quién era cada juicio, acaso los frasquitos tenían etiquetas...? Mi mente olvidó ese detalle-):
WÜTENDER ORLANDO
Es war einmal ein starker Ritter. Er hieβ Orlando. Er war franzose. Damals, waren die europäischen Heer im heiligen Krieg gegen die Moslime. Der Führer von dem französischen Heer war der König Carlomagno. Er hatte zwölf Paaren. Sie waren die stärksten Männer von dem Königreich. Orlando war verliebt in ein junges und schönes moslemisches Mädchen. Es hieβ Angelica. Aber Angelica libte Orlando nicho, weil er cristlich war.
Eines Tages, war Orlando in dem Lager von dem feindlichen Heer. Er hörte zu, dass Angelica einen anderen Mann hatte. Orlando war sehr traurig und böse. Obwohol der franzose Heer viele Schlachte verlor, verlieβ Orlando den Krieg. Er verlor den Verstand. Er zog seine Rüstung aus und ging im Ward zum wohnen.
Orlando wollte es nicht glauben, aber es war wahr. Angelic lernet einen armen moslimischen soldat kennen. Er hieβ Medoro. Angelica fand ihm verletzte und sie passte auf ihn auf, bis er wieder gesund war. Sie waren sich verliebte und wohnten im Wald.
Währenddessen, kam Orlandos Vetter in den franzose Heer. Er hieβ Astolfo. Als er hörte, dass Orlando verrückt war, entschied er nach ihm zu suchen. Astolfo fand den Eligen Meter auf seinem Weg. Er sagte Astolfo, dass Orlandos Verstand auf dem Mond war. Er erklärte auch, dass jemand zu dem Mond gehen mustte, und den Verstand mitbringen. Astolfo bat den Heiligen Peter ihm zu führen.
Auf dem Mon, sah Astolfo viele komische Sachen. Da war alles, dass die Leute verloren. In einem gröβen Regal, Astolfo sah viele Fläschchen. Mache waren leer und anderen waren voll. Astolfo nahm ein Fläschchen und zu Orlando brachte es. Als Orlando seinem Verstand zurückbekam, kam er mit senem Vetter in dem Heer zurück.
Orlando half den Christin den Krieg zu gewinnen. Als er nach Frankreich ging, heiratete eine schöne und reiche Prinzessin.
Zaz! pues con el título pensé que se iba a tratar de las transferencias a los municipios en el presupuesto federal, que a ellas también les aplicaron el "nos vamos para siempre" o al menos hasta que venga otro "milagro mexicano" que no sea el petróleo porque ese también se está yendo. xD
ReplyDeleteMe sorprendes, tu ya hasta con alemán y yo que no consigo ni siquiera dominar el inglés, vamos ni el español -aunque sea mi lucha constante- pero con lo terco que soy, tampoco es que en este momento me haga mucha ilusión el conocer otros idiomas :( suficiente tengo con las cosas innecesariamente aplicables que aprendo día a día xD ntc!.
bytes.
Jajaja, no, ya ves que no suelo postear sobre política... Y claro que lo del petróleo es, por desgracia, un "manejo creativo" de la información, para "animar" a los mexicanos a "apoyar" el "positivo" outsourcing de los recursos naturales del país... :)
ReplyDeleteDe lo de "dominar" nah.. para nada... ojalá dominara el alemán o el inglés o cualquier otra cosa... Pero no... nunca se domina nada.. pero es genial "conocer" lo que el mundo ofrece...
Saludos!