Picture this: Martes, Av. Insurgentes. Ya en el cielo es casi imposible adivinar los últimos restos de la tarde. Tímidas y cálidas gotas de lluvia caen sobre la ciudad, convirtiendo al viento en brisa y al pavimento en un reflejo brillante de los faros. Los árboles húmedos me saludan y se alejan mientras me hundo en mi asiento y no los miro. Estoy, como acostumbro, leyendo, y la música ligera e insolente en mis oídos tiene a mi mente en alguna otra tarde tranquila y fría del pasado, pero mi cuerpo resiente el calor del resto de los pasajeros. Así, mi entendimiento es tibio y mi memoria está despierta. Pareciera que cualquier objeto pudiera arrastrarme lejos de aquí, tanto, que sería incapaz de encontrar el camino de regreso. Pero un pensamiento sobrepasa a los demás y concentra mi atención, liberándome del caos de la melancolía.
Desde que todo el mundo se ha puesto muy en su plan de conocer las ciencias, sobretodo la Biología (que a primera vista es la más accesible), no es de extrañar que en ocasiones la gente se pregunte si todo este sistema llamado sociedad no es un desvarío exagerado. ¿No sería mejor vivir en "libertad" como cualquier manada de animales salvajes, dejando que la selección natural haga su trabajo? Mi respuesta siempre ha sido un rotundo "no", tal vez porque en circunstancias semejantes no sobreviviría ni un día (¿soportar el clima?, ¿matar otros animales?, ¿buscar comida?, ¿ganar por vía de la fuerza física el sustento y la protección?, ¿conseguir pareja? Afrontémoslo: ésas no son precisamente mis habilidades más preciadas). Sin embargo, luego de cierto tiempo, cuando mis estudios desarrollaron mis capacidades de abstracción y análisis, descubrí una explicación mejor para mi desagrado de la vida salvaje. Argumentaba entonces que la "sabia" naturaleza no era tal y que su selección natural no es tan hermosa y perfecta como parece, pues apunta a su gradual e inevitable destrucción. Ahora, Rousseau y sus consideraciones respecto a la "libertad" han ayudado a crear un cuerpo de ideas más interesante.
Ya había notado que sería imposible para los seres humanos permanecer en el estado natural de los animales, ya que existen diferencias enormes entre ambos grupos. Un ejemplo lo dejará claro: si un animal pierde una parte de su cuerpo o alguna destreza, esto en última instancia le impide alimentarse, reproducirse o ser útil para su comunidad. Es decir, quedará a expensas de la caridad (si es que existe) de sus semejantes. No obstante, si a un ser humano le falta alguna parte de su cuerpo (o incluso si su capacidad mental no es plena) no por ello deja de desarrollarse y ser un miembro útil de la comunidad. No hay más que pensar en personas como Hawking, Keller, y otros nombres que se me escapan, para demostrar que la inteligencia y sobretodo, la voluntad, nos impiden regirnos por la simple "selección natural". (¿O será que la selección natural rige a los seres humanos de una forma distinta?)
Por estos motivos es que la "libertad" de los seres humanos se refiere sólo a su capacidad de crear mecanismos sociales que lo liberen de seguir ciegamente a sus instintos, ya que en el estado natural los seres humanos no podrían ser libres, tan ocupados estarían en llenar sus necesidades básicas y satisfacer a sus instintos. Por ello Rousseau apunta que:
"...en vez de destruir la igualdad natural, el pacto fundamental (la sociedad) sustituye por el contrario con una igualdad moral y legítima a la desigualdad física que la naturaleza ha establecido entre los hombres, los cuales, pudiendo ser desiguales en fuerza o talento, vienen a ser todos iguales por convención y derecho."
Es decir que cuando pensamos que la "libertad natural" sería un estado más agradable, lo es sólo porque tratamos de encontrar la solución más sencilla para nuestro fastidio a causa del darwinismo social capitalista imperante (y de paso tratamos de justificar si acaso nos toca fracasar por su causa). Sin embargo, pensar así es completamente absurdo: ¿sacrificar las ideas, el desarrollo pleno, el placer estético, las artes, las ciencias, las ideas, en un palabra, la voluntad y la razón sólo para comer plátanos bajo el sol y aparearnos continuamente?
Esta pérdida del estado natural nos parece tan terrible porque los seres humanos estamos bastante acostumbrados a concentrarnos en enumerar lo que no tenemos en lugar de lo que ganamos. Otra cita de Rosseau dará luz al respecto:
"La transición del estado natural al estado civil produce en el hombre un cambio muy notable, sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus acciones la moralidad de que antes carecían. El hombre que antes no había considerado ni tenido en cuenta más que su persona, se ve obligado a obrar basado en distintos principios, consultado a la razón antes de prestar oído a sus inclinaciones."
En definitiva es preferible un orden social que más o menos asegura el desarrollo de los seres humanos (al menos en parte y al menos para una parte, por supuesto el sistema no es perfecto aún ni mucho menos..., pero funciona mejor que el sistema natural de no creación de ideas y de simple perpetuación de la especie.)
Es mejor tener personas inteligentes y creativas que piensen ideas que puedan mejorar el desarrollo que tener una hembra muy reproductiva que se aparee con un enorme macho violento, ¿o no? Tal vez vaya demasiado lejos pero me atrevo a decir que lo es.
Now, let's picture the ending of the scene: Estoy a punto de descender del Metrobus, la cabeza está por estallarme, no a causa de las ideas, quizá a causa de la tensión. De repente, a través de la bruma de mis pensamientos, veo a un joven con una chica bastante linda. El problema es que el mentado joven no es sino el más estúpido, zafio, vulgar y por si fuera poco feo y arrogante ex-compañero de escuela. Entonces pienso "al diablo eso de que la sociedad da igualdad a todos sólo por el hecho de ser seres humanos, mejor vamos a ver ‘de qué cuero salen más correas’... veremos si mi ingenio me ayuda a triunfar en esto de la ‘selección natural’... no me puede ir tan mal... al menos no me puede ir peor..."